El sábado 7 de octubre de 2017 Carlos Fabián "Caballito" Cabrera cumplió años por última vez. Sin conocer lo que le depararía el destino, festejó sus 30 años cobijado por la humildad de una vivienda de Independencia al 1400, en el barrio San Francisco de Arroyo Seco. En eso estaba cuando alrededor de las 19 llegaron a su casa al menos seis hombres señalados como integrantes de la banda de "Los Picudos". Y "por problemas de vieja data con un familiar" no sólo atacaron al cumpleañero sino a toda su familia. A Carlos Cabrera lo mataron con balazos en el pecho y otro en el rostro tras darle una feroz golpiza. También hirieron a dos de sus hermanos y a su madre. En el marco de lo que parece el corolario de la investigación, ayer un tribunal pluripersonal condenó a dos décadas de prisión a Marcelo Alejandro Britos, actualmente de 23 años, como autor de los delitos de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, tentativa de homicidio agravado por el uso de arma de fuego de uso civil, lesiones leves (en relación a las heridas a uno de los hermanos del asesinado) y portación de arma de fuego de uso civil. En tanto,Britos fue absuelto por la acusación de lesiones leves contra otros tres familiares de la víctima fatal.
La tarde del miércoles Marcelo Britos se sentó en el banquillo de los acusados en el Centro de Justicia Penal para escuchar el alegato en el que el fiscal Alejandro Ferlazzo pidió para él una condena de 22 años de prisión por cuatro delitos, entre ellos el crimen de Carlos Cabrera y la tentativa de asesinato a José Luis M., quien la tarde del 7 de octubre de 2017 recibió un balazo en la cara durante el festejo de cumpleaños. La defensa de Britos bregó por colocar la discusión en el marco de un asesinato en riña. Así, la suerte de Britos quedó en manos del tribunal integrado por los jueces de primera instancia Isabel Más Varela, Carlos Leiva y Pablo Lanzón.
Lo que se ventiló en el juicio sucedió el 7 de octubre de 2017 alrededor de las 19 en un humilde caserío ubicado en Independencia al 1400, contra un paredón que da a las vías del ferrocarril, en el humilde barrio San Francisco de Arroyo Seco. A esa hora una gavilla compuesta por entre cinco o seis personas caminaron por un angosto pasillo hasta el ingreso de la casa en la que Carlos Cabrera festejaba sus 30 años. Alguno de los recién llegados estaban armados y los vecinos los identificaron como integrantes de la banda de "Los Picudos", una pandilla violenta que por esos días tenían a maltraer al vecindario y sus inmediaciones con robos y escruches. Al escuchar que lo buscaban Cabrera y a sus familiares, algunos intentaron salir al cruce de los agresores.
Fue entonces que "Los Picudos" dominaron la escena. Para la acusación la media docena de hombres que participaron el crimen "ejercieron violencia para reducir a la víctima y crear la oportunidad de efectuar el disparo" letal. Incluso después de haber matado a Cabrera "siguieron golpeándolo e impidieron que sus familiares pudieran auxiliarlo". Si bien todos tuvieron una "intención homicida", solo Britos, a quien se reconocía como "Marcelito" efectuó los disparos que terminaron con la vida de Cabrera.
Según lo que pudo establecer la pesquisa, Britos era el único hombre armado de la banda. Primero atacaron a golpes a Cabrera entre cinco y luego Britos lo ejecutó. Tras ello el pistolero disparó cuatro veces contra José Luis M., alcanzándolo con un disparo en el rostro. Por último impidió que cuatro hermanos de Cabrera pudieran asistir a los heridos e hirió con golpes a uno de ellos.
"No era para él. «Caballito» (Cabrera) era un laburante, cosechaba papas, no andaba en nada raro ni molestaba a nadie. Parece que la cosa era con un familiar y él se puso adelante para defenderlo", explicó el día después del crimen un vecino del barrio que tenía trato cotidiano con la víctima y sus familiares.
Horas después del asesinato Britos y otras cuatro personas fueron detenidas e imputadas por el homicidio de Cabrera, la tentativa de homicidio de José Luis M., quien tenía 26 años y recibió un balazo en el rostro, lesiones a tres familiares del muchacho fallecido y la portación de arma de fuego de uso civil. Con el correr de las semanas hubo un sexto detenido, pero sólo "Marcelito" Britos llegó a juicio.
Puestos a resolver, los jueces Más Varela, Leiva y Lanzón resolvieron ayer al mediodía condenar a 20 años de prisión a Britos como autor del asesinato de Cabrera, la tentativa de homicidio a José Luis M.; un hecho de lesiones leves contra uno de los hermanos del muerto y la portación del arma con la que se produjo el asesinato.