El tema inseguridad está en la agenda de las autoridades policiales. Si hasta el ministro de Seguridad de Santa Fe, Marcelo Sain, ayer hizo declaraciones indicando que la ola de violencia está vinculada a las economías criminales y a las disputas por el mercado de drogas, algo ratificado por distintas fuentes policiales consultadas por La Capital. Horas más tarde de esas palabras y sobre el final del martes se produjeron tres episodios muy similares donde balearon domicilios en distintos barrios de la ciudad. En esta ocasión no hubo que lamentar ni víctimas ni heridos, pero los hechos delictivos -una vez más- sacudieron la noche de una ciudad que está conmocionada.
Uno de los episodios se produjo en momentos en que una familia estaba cenando, junto a sus hijos, cuando repentinamente se vieron alertados por una serie de disparos. Todo ocurrió en Castellanos al 3400 cuando los moradores sintieron la detonación de un arma. Cuando el dueño de casa salió a la calle observó tres impactos en el portón de su casa y dos en la puerta principal. La familia atendió amablemente a La Capital y contó que son inquilinos y que se vieron sorprendidos por la situación. Otras personas que habitaron el lugar tiempo atrás habían tenido alguna situación de ataques con la misma modalidad.
Las balas traspasaron el portón y pegaron en una moto, en una heladera y en una pared, aunque en esta ocasión primó la "suerte" y nadie resultó herido.
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Foto: Sebastián S. Meccia / La Capital
El otro hecho con un ataque de la misma modalidad se dio en pasaje Franco y Formosa cuando una mujer de 50 años escuchó fuertes detonaciones. Al salir a la vereda para ver lo que había sucedido se encontró con su auto, un Ford EcoSport, que había sido baleado, además de que en el frente de su vivienda se detectaran siete tiros. Las autoridades policiales que concurrieron al lugar levantaron catorce vainas servidas.
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La misma acción de los casos antes mencionados se repitió en una casa de Uruguay al 3900, como si se trataran de "avisos" o una demostración de que a los delincuentes nada los amedrenta.
De acuerdo a algunas fuentes policiales consultadas por este diario, y en coincidencia con el ministro de Seguridad, Marcelo Sain, "todo está ligado a la disputa territorial de bandas, donde el botín principal es la droga. No hay ninguna duda de que todo está vinculado al narcotráfico y las balaceras, en su mayoría, son en zonas donde hay búnker de venta de estupefacientes".
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Foto: Sebastián S. Meccia / La Capital
Todo sucede porque el negocio, como es sabido, es enorme. El consumo va en aumento y la venta de drogas se acrecentó, como también el precio de la misma. "El valor de un gramo de cocaína ronda los 3.500 pesos. La recaudación por semana es de cerca de tres millones, es decir doce millones por mes", relató la misma voz consultada.
Justamente ayer el ministro de Seguridad se refirió a la situación de la ciudad y dijo que “acá hay un juego de economías ilegales en un contexto en el que creo hay poco dinero. Hay poco dinero en el comercio, hay poco trabajo, hay gente desocupada, por todo lo que viene ocurriendo en Argentina y en el mundo. Y hay poca plata en el crimen. Pero existe una disputa comercial que se resuelve de la única forma en que se dirimen los conflictos en Rosario en los últimos tiempos, que es de esta manera”.
Lo concreto es que la escalada de violencia no se detiene y los delincuentes siguen actuando sin importarles nada. Y, como sucedió anoche, baleando casas y tirando tiros por doquier. Por casualidad, si hay que reflejar y destacar esto, no hubo ni víctimas ni heridos.
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