A un mes de la muerte de Tomás Felipe "Trinche" Carlovich, la investigación del homicidio del célebre futbolista de Central Córdoba fue respaldada por la Cámara Penal. Al revisar el caso, la jueza Carina Lurati confirmó la prisión preventiva por hasta dos años que pesa sobre el acusado Juan Ariel "Bocachita" M., apresado en base a dichos de testigos y una pesquisa policial previa sobre una banda que cometía arrebatos violentos en el mismo lugar donde un ladrón empujó de su bicicleta al Trinche, quien falleció dos días después luego de haber sufrido un edema cerebral.
La decisión de que Bocachita continúe preso fue adoptada ayer en una audiencia de apelación por videoconferencia. El defensor público Gonzalo Armas acudió a esa instancia al cuestionar el modo en que fue apresado el sospechoso, quien asegura que el día del hecho estaba cirujeando en la zona de la terminal de ómnibus. Luego de escuchar a las partes, la camarista Lurati convalidó la investigación y descartó nulidades.
La audiencia fue presenciada por la mayor de los cuatro hijos del Trinche, María Laura Carlovich, desde el estudio jurídico de los abogados Rafael Tamous y Jorge Cataudela. Dos de los hijos, Cintia y Bruno, se habían presentado como querellantes a fines de mayo. Ella y otro de los hermanos formalizarán el trámite esta semana.
Los cuatro hermanos, hijos de dos matrimonios del Trinche, se conocieron cuando internaron a su padre en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca) con un gravísimo derrame cerebral el 6 de mayo pasado.
Carlovich, emblema del fútbol rosarino de 74 años, iba en una bicicleta azul que había estrenado tres meses antes cuando al pasar la vía sobre Eva Perón a la altura de Paraná otro ciclista se le puso a la par y lo empujó con violencia.
La secuencia quedó registrada por una cámara de vigilancia y fue relatada por un taxista que vio cómo Carlovich voló por el aire y golpeó la cabeza contra el piso, aunque aún debe aclararse si fue la caída o el fuerte golpe del atacante lo que provocó el traumatismo de cráneo del que el Trinche no pudo reponerse. Falleció dos días después.
Cuestionamientos
El mismo día la policía detuvo a supuestos integrantes de una banda que cometía arrebatos en la zona y a la que habían comenzado a investigar en marzo.
Entre ellos estaba M., de 32 años. Luego de un primer arresto lo soltaron por falta de pruebas. Horas más tarde, a partir del relato de dos testigos presenciales y otro de identidad reservada, la fiscal Georgina Pairola ordenó su detención.
M. fue apresado en Lima y Tucumán mientras en el barrio de Felipe Moré entre Santa Fe y Eva Perón crecía el rumor de que "fue Bocachita". En un allanamiento a su casa, un rancho de dos por dos con piso de tierra, se hallaron prendas similares a las usadas por el ladrón.
En estos primeros pasos centró su apelación el defensor. Armas cuestionó la validez del primer allanamiento por ser efectuado en base a "un testigo no identificado e informes de inteligencia anteriores que no tenían que ver con el hecho". También objetó que en el primer arresto le tomaran fotos al sospechoso para compararlas con la filmación. Dijo que las autoridades fueron "a la pesca" y terminaron dando con M. pero nunca recuperaron la bicicleta del Trinche.
El defensor planteó que no estaban dadas las condiciones para detenerlo, dijo que se violentaron sus derechos y que la ropa secuestrada —una gorra, una camiseta de mangas largas y unas zapatillas— no es idéntica a la usada por el agresor. Cuestionó la prisión preventiva y el encuadre de robo seguido de muerte, ya que a su entender podría tratarse de un robo sin intención de matar.
Bajo la lupa
Al contestar esos agravios, la fiscal explicó los pasos que permitieron llegar a M. Dijo que desde el 10 de marzo la policía investigaba a una banda que robaba con palos y cuchillos en la zona de Santa Fe y las vías. Entre ellos estaba el acusado, identificado entonces por su segundo nombre, el apellido materno y el apodo de Bocachita. Esa investigación en curso, dijo, fue lo que permitió actuar con rapidez. Y consideró "lógico" que no se haya encontrado la bicicleta en un caso tan resonante.
Los querellantes adhirieron a ese planteo, que encontró el respaldo de Lurati. La jueza rechazó las nulidades, lo que deja a la acusación mejor posicionada de cara a un juicio: dijo que las órdenes de allanamiento y detención estuvieron bien fundadas y no detectó una afectación a las garantías del imputado, cuyas medidas fisonómicas serán comparadas con la filmación en una pericia ya iniciada en la provincia de Córdoba.