"Pueden comprobar que yo en ningún momento saco el arma contra un transeúnte ni contra un policía", se defendió al ser acusado de cinco delitos Víctor Maximiliano C., el ladrón que intentó robar un minimarket de Zeballos al 1700 y tras herir a un cliente escapó de la policía hasta que lo balearon en una pierna a las tres cuadras. La jueza María Melania Carrara consideró que las 45 evidencias citadas por el fiscal desmienten sus dichos y le dictó la prisión preventiva por dos años. En la audiencia, además, trascendió que debía cumplir en Rafaela una condena a 5 años de prisión por la cual nunca fue detenido.
El trámite de imputación puso en foco la figura de Víctor C., un hombre de 28 años y padre de tres hijos radicado en Villa Gobernador Gálvez, con dos condenas por robo en su haber. Pero también expuso diferentes miradas sobre el procedimiento policial que terminó con él detenido sobre un manchón de sangre en Italia y Montevideo.
El fiscal Gustavo Ponce Ashad elogió la actuación "responsable, reglamentaria y legal" de los policías que, destacó, sólo tiraron como último recurso y a una zona no vital. "El procedimiento fue aceitado y profesional. No hubo ningún exceso de una fuerza estatal".
En cambio la defensora pública Andrea Corvalán cuestionó la actuación de efectivos que "dispararon en tres oportunidades, en la vía pública, en un lugar atestado de autos y de gente. Se puso en riesgo la integridad física de vecinos y eso debe ser investigado", reclamó.
En ese marco, la jueza solicitó que intervenga la Fiscalía de Violencia Institucional para que "se investigue la comisión de posibles hechos delictivos ventilados en la audiencia", sin aclarar cuáles. Sí reclamó de manera explícita que se investigue una omisión de librar un pedido de captura contra Víctor C. en 2015.
El fiscal le endilgó al joven los delitos que arrancaron el mediodía del martes en un minimarket de Zeballos 1796 donde estaban la dueña y el cliente Andrés F. Entonces ingresó un muchacho que tras realizar una compra trabó la puerta y sacó un arma de una bandolera. Gritó "quédense quietos" pero Andrés forcejeó con él y resultó herido con fractura del fémur izquierdo. La dueña, en tanto, sufrió un corte en la cabeza y el ladrón se fue sin robar.
Persecución
Un policía que caminaba de civil por la cuadra escuchó que una mujer gritaba "tiene un arma". Se identificó, le ordenó al sospechoso que se tire al piso y así arrancó una persecución a la que se fueron sumando otros agentes mientras Víctor C. daba la vuelta manzana a pie. Caminó por Zeballos hacia el río y trató de apoderarse de un auto tras apuntarle con el arma al conductor. Siguió por España hacia el sur sin atender a la voz de alto e intentó sin éxito apropiarse de otro auto.
Al llegar a Italia y Montevideo un subcomisario que iba tras él "se vio obligado a disparar de forma intimidatoria, resguardando la integridad de la ciudadanía" e hirió al ladrón en la pierna izquierda. Los vecinos contaron cuatro disparos, ninguno efectuado por el ladrón, a quien le incautaron una pistola Glock 9 milímetros con la numeración limada.
Por esa secuencia, el fiscal acusó a Víctor C. como autor de intento de robo calificado (tres hechos), resistencia a ser arrestado en flagrancia por un civil, resistencia calificada a la autoridad policial (dos hechos), lesiones graves y portación ilegal de arma de guerra. Delitos con una pena mínima que ronda los 12 años.
El fiscal apuntó que C. corría "en todo momento con el arma en la mano" y "apuntaba hacia el personal". Pero el detenido negó tal cosa: "Yo sé que sacando un arma a un policía se va a defender. Compruébenlo en los videos", reclamó entre gestos de dolor por su pierna herida.
Para la jueza, sin embargo, la evidencia es abrumadora. Lo dejó preso y solicitó que se informe al juzgado de Sentencia de Rafaela que en noviembre de 2015 lo condenó a 5 años de prisión por robo calificado por el uso de arma. Entonces el juez Carlos Botero le ordenó a la Unidad Regional V la detención de C., que había cursado el proceso en libertad. Pero por razones a investigar nunca se insertó el pedido de captura. Por entonces C. estaba en libertad condicional tras ser condenado en 2013 por el juzgado de Sentencia 6 de Rosario a otra pena de 5 años por robo.