La historia de violencia urbana que se vive en Rosario tuvo esta jueves un nuevo capítulo. Esta vez en Espinillo al 3600, en la zona sudoeste, donde dos pistoleros atacaron a balazos una vivienda y terminaron hiriendo a un joven de 20 años que se encontraba en el interior. La víctima se salvó por muy poco ya que uno de los proyectiles le rozó la boca. Sobre la fachada de la vivienda quedaron cuatro impactos de bala y los delincuentes dejaron una nota con una amenaza: “Tenés 24 horas para dejar la casa”.
Pero este caso registrado en Espinillo al 3600 no fue el único tiroteo de esta madrugada. En Uriburu y Patricias Argentinas, en la zona sur de Rosario, dos hombres en moto descargaron una lluvia de balas. De esa forma, los frentes de tres viviendas y un automóvil que estaba estacionado allí recibieron impactos de plomo. En este caso, no se registraron heridos.
Ultimátum para dejar la casa
Donde sí hubo un lesionado fue a pocos metros del cruce de Seguí y Roullión. Silvia es la madre del joven que fue rozado por una bala. La mujer contar su historia al borde de las lágrimas ya que balearon su casa para forzarla a dejar el inmueble. “No tengo dónde ir. Qué quieren que me meta en una alcantarilla”, dijo este jueves.
Según su testimonio todo sucedió entre la 1.35 y la 1.40. “Yo estaba acostada cuando mi hijo llegó a casa después de ver a la novia. En ese momento, él se preparaba algo de comer cuando de pronto se escuchó una ráfaga de tiros. Lo primero que hice fue tirarme al piso. Lamentablemente esto es normal en el barrio. Yo no sabía si era en mi casa, en frente o en la esquina”, manifestó en declaraciones a Canal 3.
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Lo cierto es que el ataque fue directo a la casa de Silvia. Una de las balas le rozó el labio y un dedo al muchacho, causándole una herida muy leve. “Se salvó de milagro, sino hoy hubiésemos estado de velorio. Esto yo lo veía en la tele. Pero yo no tengo donde irme. Somos mi marido, mi hijo y yo y no tenemos nada. Le preguntó a los que hicieron esto, por qué hicieron esto, con gente trabajadora. No nos dedicamos a nada malo. Somos vendedores ambulantes. Quiero saber dónde están la paz y el orden que prometió el gobernador”.
“Este pasaje está manchado con sangre. Hace dos meses hubo una muerte y un montón de heridos en lo que va del año. La gente tiene miedo y las mismas víctimas no hacen la denuncia. Acá enfrente una abuela se tuvo que ir porque le balearon la casa”, agregó Silvia.
Para sumar dramatismo a su situación Silvia exhibió el papel que le dejaron los agresores anoche casi en la puerta de su casa: “Tenés 24 horas para dejar la casa”. “Te matan por dos magos y arruinan a una familia. Yo no tengo donde ir. Quieren que me meta en una alcantarilla? si no tengo para arreglar la casa. Tengo miedo. Se meten con gente laburadora. No le hago mal a nadie. Es terrible esto y nadie hace nada”, afirmó Silvia al borde de las lágrimas.