La Carlota (Córdoba).— Una pareja de productores agropecuarios oriunda del
sur santafesino que era buscada intensamente desde el viernes pasado a pedido de sus familiares,
apareció muerta a golpes en una zona de pequeñas lagunas ubicada a unos 70 kilómetros de un campo
de su propiedad, entre las ciudades de La Carlota y Laboulaye. Tras el macabro hallazgo, la policía
detuvo a dos hermanos que eran empleados del establecimiento como sospechosos del doble crimen.
Los dos acusados, cuyas identidades no fueron divulgadas hasta anoche, quedaron
alojados en una dependencia policial de La Carlota imputados en forma preliminar de homicidio
calificado y a disposición de la fiscal Ana Venturuzzi. Por el momento, el móvil del doble
homicidio es un misterio, aunque las fuentes de la pesquisa estimaron que podría estar vinculado al
dinero cobrado por la pareja por una importante venta de soja realizada o, incluso, por una vieja
disputa que el hombre asesinado mantenía con uno de los hermanos imputados por cuestiones
salariales.
Las víctimas fatales fueron identificadas como María Luisa Tula, de 53 años y
oriunda de Armstrong, y Justo Antonio Caón, de 70 años y de la también localidad santafesina de San
José de la Esquina. Los restos de ambas personas, quienes estaban en pareja desde hacía unos ocho
años, fueron trasladados ayer mismo a Río Cuarto donde, a pedido de la Justicia, iban a ser
sometidos a la correspondiente autopsia.
"La causa de la muerte la determinará el estudio forense, pero las primeras
pericias hechas por la policía indicarían que fueron asesinados a golpes con algún elemento
contundente", dijo ayer el jefe de la departamental Juárez Celman de la policía cordobesa,
comisario César Seimandi. Y agregó que presentaban "los rostros desfigurados por los golpes".
En un canal.El hallazgo de los cuerpos se produjo ayer al mediodía en un canal
de riego de unos 2 metros de profundidad, y fue el corolario de una larga tarea de rastrillaje que
involucró a uniformados de la provincia mediterránea además de un helicóptero de la gobernación
cordobesa, móviles y otras unidades que se pusieron a disposición de la causa.
Los cuerpos fueron encontrados apenas unas horas después de que la policía
hallara en la terminal de colectivos de Villa María la camioneta Ford F-100 roja con la que la
pareja había viajado el lunes 4 de octubre desde Armstrong hasta el campo propiedad de Caón,
ubicado en el paraje Huanchillas, entre La Carlota y Laboulaye. Desde su casa hasta la explotación
agropecuaria, las víctimas realizaron unos 220 kilómetros por rutas interprovinciales.
Según manifestaciones del hermano de la mujer, Luis Eduardo Tula, la pareja fue
vista por última vez el miércoles pasado en una entidad bancaria de La Carlota, aunque ayer los
investigadores no tenían la información certera para ratificarlo."Viajaron el lunes a La Carlota y
desde allí no hubo más comunicación, pero hay un empleado del banco que dice haberlos visto el
miércoles", precisó Tula, un policía retirado y que tendría experiencia en investigaciones de este
tipo.
Por ese motivo la policía sigue la pista de los últimos minutos de vida de la
pareja antes de la trágica aparición de sus cadáveres en el canal de riego.
Plata en el medio.La investigación intentaba descifrar ayer si el crimen estaba
relacionado con una eventual venta de soja hecha por la pareja y que al parecer no se había
concretado, o con una vieja rencilla de Caón con alguien de su entorno laboral, pero esas hipótesis
permanecían bajo estricto secreto de sumario. Por su parte, el comisario general de la policía de
Córdoba, Ramón Frías, indicó a medios de esa provincia que "los elementos probatorios son
abundantes como para esclarecer el doble homicidio de manera rápida".
Sin mensajes.Gabriela, la hija de María Luisa, señaló que la pareja salió desde
Armstrong el lunes 4 a las cuatro y media de la tarde hacia la explotación agropecuaria con el
propósito de vender soja y supervisar trabajos de fumigación. El hecho de que la mujer no llamara o
no mandara un mensaje de texto al día siguiente fue adjudicado por Gabriela a la posible falta de
señal en la zona, pero la mayor preocupación surgió el jueves 7 ya que al día siguiente iban a
viajar juntas, en colectivo, hacia Capilla del Monte.
"Pensé que no volvía por la tormenta, porque había llovido mucho, y que por esa
razón no habían salido del campo. Pasadas las horas me intranquilizó el hecho de que tampoco se
comunicaran con ninguna de mis hermanas", confió Gabriela en diálogo con La Capital.
La joven contó que el viernes 8 fue a reportar la desaparición de su madre a la
comisaría de Armstrong, pero le sugirieron que esperara un día más. Sin embargo, movilizada por la
intuición de que algo malo había pasado, ese mismo día convocó a su familia y viajó para hacer la
denuncia en La Carlota.
Las fuentes confiaron que los demorados son un peón del campo y un hombre del
entorno laboral de Caón que tenía una vieja rencilla con su patrón por cuestiones salariales y
cuyas identidades se mantienen en reserva.
De paso
Una versión aportada por un hermano de María Luisa Tula indica que la pareja
había salido de viaje hacia Potreros de los Funes, en San Luis, donde debía concretar una venta de
soja. Antes de encarar hacia la provincia puntana la pareja habría hecho una parada en el campo de
La Carlota, propiedad de Justo Caón.