Luego de sufrir diversos cortes con una cuchilla de no menos de 30 centímetros de hoja y poner en riesgo su vida, el dueño de un cíber de la zona sur pudo evitar un asalto en su negocio. Según aseguró Guillermo F., el del lunes a la tarde fue el décimo atraco sufrido en su local en cuatro años.
El comerciante relató que anteayer, alrededor de las 17, ingresó al comercio de Arijón al 1500 un chico que "tendría entre 17 y 18 años" y le pidió una computadora para jugar. En ese momento, la mitad de las catorce computadoras que hay en el pequeño negocio estaban ocupadas.
"Mientras yo operaba las máquinas, el muchacho miró alrededor. Y cuando vio que no había mayores sacó un cuchillo y me atacó", recordó Guillermo F.
Sin embargo, una vez que el ladrón decidió atacarlo, Guillermo lo enfrentó y comenzó a empujarlo hacia las puertas del cíber. "Primero lo empujé y él intentó apuñalarme. Me tiró un puntazo que me alcanzó debajo de la axila izquierda, pero como yo estaba con campera me cortó la ropa y la herida fue leve", dijo el hombre.
La pelea continuó palmo a palmo. "Yo lo empujaba y en un momento el muchacho me tiró la cuchilla como si fuese un hacha. Ahí me pegó en la cabeza y me cortó feo". A esa altura del enfrentamiento, de apenas dos minutos, ("una eternidad", para la víctima), los chicos que estaban en el cíber miraban con miedo lo que sucedía.
Desesperado, Guillermo atinó a arremeter a empujones hacia la puerta y tomó la hoja del cuchillo entre sus manos hasta llegar a la altura del mango, lo que le produjo fuertes cortes en su mano derecha. "El pibe estaba lúcido y ni siquiera se agitó", recordó el comerciante.
No es novedad. Para Guillermo la situación no es nueva. "Ya me robaron diez veces en cuatro años, pero este fue el más complicado. Mi hijo estaba ahí, entre los chicos que jugaban, y se asustó mucho. Pero igual no pudieron robarme".
Una vez que expulsó de su negocio al agresor, Guillermo lo vio salir a la carrera por Arijón y subirse a un vehículo, pero no pudo precisar si se trataba de un auto o una moto. "Nadie me dijo en qué se fue, pero lo estaban esperando", comentó.
El dueño del cíber radicó la denuncia en la comisaría 21ª. Y como dato curioso destacó que mientras los medios cubrían su caso la misma tarde del lunes, a una cuadra de allí, en Arijón y España era robada una conocida librería de zona sur. "Está complicado el barrio", sintetizó el comerciante.