El juicio a los siete acusados de pertenecer a la "banda de Los Cerrajeros", a quienes se atribuyen violentos asaltos en casas del macrocentro, siguió ayer con la declaración de policías que participaron de la pesquisa, que incluyó intervenciones telefónicas y hasta inspecciones en la basura de las viviendas donde se reunía el grupo los días que cometían los robos. Uno de los uniformados que se ocupó de las escuchas a los principales acusados repasó los diálogos más relevantes, entre los que sobresale una charla en la que uno reconoce que era él quien amenazaba a las víctimas con quemarlas con una plancha caliente: "El loco de la plancha era yo", dice.
El testimonio del comisario Martín Rey, de la Policía de Investigaciones (PDI), fue uno de los más salientes en el segundo día de audiencias del juicio. El lunes la fiscalía pidió penas de entre 17 y 39 años de prisión efectiva para los imputados, a quienes atribuyó la pertenencia o el liderazgo de una asociación ilícita, además de tenencia de armas y 15 asaltos entre el 18 de agosto de 2015 y el 8 de julio de 2016 con una mecánica común.
En todos los casos las casas asaltadas tenían puertas de picaporte fijo que los ladrones franqueaban con sólo pasar una tarjeta plástica de fabricación casera que abría el pestillo. Seis imputados fueron detenidos el 10 de julio de 2016 en allanamientos en Rosario, Funes, La Matanza, Capital Federal y Lomas de Zamora donde se incautaron armas y vehículos y se recuperaron bienes robados.
Otro acusado, Néstor Daniel Giménez, de 31 años, fue localizado dos meses después que el resto en la cárcel de González Catán. Allí estaba preso desde febrero de 2016 por infracción a la ley de drogas. Para la fiscal, era quien amedrentaba a las víctimas con un cuchillo o una plancha caliente para exigirles dinero.
Está imputado como miembro de la organización y en los siete primeros asaltos entre agosto de 2016 y febrero de 2016, cuando quedó detenido en una causa federal. En su apertura ante los jueces Paula Alvarez, Mónica Lamperti y Pablo Pinto la fiscal pidió 25 años de cárcel.
Desprendimiento
Rey explicó cómo fue ubicado Giménez como supuesto miembro de la banda, luego de la caída del resto del grupo. Según indicó, llegaron a él como un desprendimiento de las escuchas al acusado Juan Alberto Vallejos Figueroa, apodado "Dany" o "Rata", detenido en la localidad bonaerense de Ciudad Evita. Se recuerda que la fiscal pidió para él 35 años de cárcel como uno de los jefes de la banda junto al rosarino Martín "Caio" Cereijo, para quien pidió 39.
Rey explicó que se decidió interceptar el celular de Giménez y en mensajes y diálogos que éste mantenía con su pareja se advirtieron alusiones a la banda. Así, tras la detención del resto del grupo en julio de 2016, la mujer le envió información obtenida de las crónicas periodísticas sobre el caso. "Supuestamente la investigación es del año pasado. Agosto empezó. Encima los acusan por 44 hechos", le informa la mujer, entre otras referencias.
"Yo también estaría en el bondi", le responde Giménez en un mensaje de texto del 15 de julio, cinco días después de los allanamientos. "Pero no estás, vida, mejor", lo anima ella, a lo que él responde con cautela: "Sí, pero no cantes victoria porque igual puede saltar". Ella le recomienda optimismo: "Ah, sos un negativo, Dani. Perdiste la fe. ¿Qué onda?". Y entonces él replica: "Sí. Pero preferiría caer mil veces por lo que hacía que ir preso por transa o narco".
De ese diálogo Rey dedujo que el sospechoso podía estar preso por un tema de drogas. Como la antena que se activaba era la más cercana a la cárcel de González Catán, pidió a la cárcel un listado con todos los detenidos por infracción a la ley de drogas llamados Daniel y así se determinó la identidad del acusado.
Un día después de ese mensaje, en una charla telefónica con otro joven también hablan sobre la caída de la banda. Su interlocutor le revela el grupo cayó por "culpa del Nico, por un teléfono". Luego le sugiere leer las noticias de este diario, aunque variando el nombre: "Poné Mi Capital, Policiales, y ahí te dice. Lo de la camiseta, lo de Caio, que quemaban con la plancha, todo". En ese momento, entre risas, el acusado contesta: "El loco de la plancha era yo".