Diez hileras de ladrillos huecos puestos de canto taparon la que hasta ayer fue la puerta de ingreso a la casa donde viven Néstor A. y su familia. La insólita decisión fue tomada horas después de que dos ladrones armados violentaran la entrada a la vivienda y, bajo amenazas, les robaran un importante botín compuesto por dinero en efectivo y electrodomésticos.
Néstor A. vive desde hace varios años en Anchorena al 2500, en la zona sur de la ciudad, junto a su esposa, dos hijos y una mujer mayor. El barrio, de clase media trabajadora, se vio sorprendido la noche del lunes cuando los ladrones ingresaron a la casa en cuestión. Y ayer volvieron a sorprenderse al ver a la familia tapialar la única puerta de acceso a la casa que da al jardín delantero. Desde ahora, sólo se podrá entrar por el garaje.
Todo ocurrió cerca de las 21 del lunes cuando uno de los hijos de Néstor, de 19 años, se encontraba en la terraza y escuchó ruidos extraños en la planta baja del inmueble. Rápidamente bajó las escaleras interiores y entonces vio a dos hombres jóvenes que le apuntaron con un arma de fuego y lo redujeron. Inmediatamente los ladrones se aprestaron a empacar su cosecha malhabida: un televisor LCD, una Play Station 3, dos notebooks, teléfonos celulares y 7 mil pesos en efectivo.
Un susto mayor. Al momento del atraco además del muchacho estaba en la casa una mujer mayor que "sufre de presión y no se enteró del robo hasta que se lo dijimos", contó ayer la esposa de Néstor A. en un breve diálogo que tuvo con LaCapital .
"Nosotros estamos bien. Nos podrían haber matado, pero por suerte en vez de estar en una casa velatoria o en el Hospital de Emergencias pudimos hacer la denuncia en la comisaría. Por suerte estamos vivos", se consoló la mujer en la puerta de su vivienda y a poco de que un par de albañiles se fueran tras tapialar el ingreso.
Para el ama de casa fue un robo injusto. "Somos una familia de trabajo, mango sobre mango logramos lo que tenemos y mis hijos, dos chicos muy jóvenes, seguro que van a poder volver a comprar lo que nos robaron. Ellos son fanáticos de la tecnología y tendrán que ahorrar", sostuvo.
En cuanto al dinero sustraído, la mujer argumentó que "fue un robo común, de los tantos que les suceden a la gente de este barrio (enclavado en el corazón de zona sur). Pero la plata se recupera. Somos trabajadores y solo eso", dijo sin querer dar su nombre.
En tanto, el parte policial redactado en la seccional 21ª es más que lineal. Dice que el joven estaba en su casa y los ladrones se introdujeron por la puerta de calle tras violentarla. Quien hizo la denuncia en sede policial fue el padre del muchacho y dijo que su hijo "no sufrió golpes ni amenazas de muerte, simplemente lo encañonaron y lo llevaron por toda la casa para que les indicara dónde estaba el dinero y los electrodomésticos que no se ubicaban a simple vista", manifestaron desde la seccional 21ª que intervino por jurisdicción.
Ayer a última hora, efectivos de la seccional habían comenzado con las tareas de investigación a fin de aclarar el robo y poder determinar cómo fue que estos dos malhechores pudieron acceder por la puerta principal de la vivienda. Ahora, como una valla infranqueable, la antigua puerta es una pila de ladrillos recién puestos.