La casa de Juan S., el chico de 15 años sospechado como coautor del crimen de Beroiz, es el primer departamento de un pasillo modesto de seis viviendas en Corrientes al 1800. En la cuadra las opiniones no son convergentes. A algunos les parece inconcebible que pueda estar implicado en lo ocurrido. Otros prefieren no arriesgar ninguna opinión.
La dueña de un quiosco ubicado enfrente le dijo a La Capital que el chico solía comprarle a diario y que la trataba con mucho respeto. Otros vecinos comentaron que la familia era muy ruidosa, que tomaba a mal los planteos por el bullicio y que la vivienda que ocupan es usurpada. El padre, Raúl, es vendedor de planes de medicina privada. Una de las vecinas que se acerca es una de las que le tocó ser testigo del allanamiento a la casa, cuando apresaron a Juan, que ahora está en el Instituto de Rehabilitación del Adolescente Rosario (Irar).
Diferencias. Los testimonios judiciales dados por Raúl Flores y Juan S. no coinciden en todo pero sí en lo esencial: ambos reconocen que estuvieron en el lugar del crimen de Beroiz. Flores le atribuyó a Juan haber efectuado las puñaladas al sindicalista. El chico, sin embargo, negó eso con énfasis en el juzgado. Sostuvo que llegó al lugar con la idea de participar del robo de un maletín y no de un homicidio.
Uno de los abogados del chico, Pablo Alcácer, manifestó a este diario la preocupación de la defensa por la vida de su cliente. Alcácer negó con énfasis que en su declaración judicial el chico hubiera mencionado a Luna. No obstante otras fuentes señalaron con todo énfasis que el chico aludió a una reunión con el número dos tanto del sindicato rosarino como de la federación que guía Hugo Moyano.
El episodio ocurrió en la zona sur de Rosario. El chico fue trasladado al hospital de niños Vilela y se encuentra estable. Investigan las circunstancias en que se produjo el ataque
Por Hernán Cabrera