Un motivo nimio -una discusión por el robo de una gorrita- provocó el crimen de Sergio Emanuel Lorio cuando estaba en el pasillo de su casa de Tablada en octubre de 2018. La esposa del joven de 19 años y dos testigos reconocieron al atacante como Alan Leonel Juncos, quien días antes le había robado a la víctima. “Le pegué un tiro a ese gil”, le escuchó decir una vecina al joven que ahora aceptó una condena a 12 años de prisión como autor del homicidio y por dos hechos de robo.
La pena fue dictada en un juicio abreviado por los jueces Rodolfo Zvala, Silvia Castelli y Nicolás Vico Gimena, quienes condenaron a Juncos, de 21 años, por los delitos de homicidio agravado, portación ilegal de arma, robo agravado por escalamiento y robo doblemente agravado por ser cometido en poblado y en banda. El tribunal homologó un acuerdo entre partes que había propuesto el fiscal Gastón Ávila y la defensa del acusado, que de este modo admitió los delitos. La propuesta fue aceptada además por la esposa de la víctima.
El crimen fue el mediodía del 20 de octubre de 2018, a las 13.30. Lorio estaba en el pasillo de su casa de Biedma al 100 bis. Al lugar llegó Juncos y comenzaron a discutir por el incidente de la gorrita. Entonces Juncos le efectuó al menos un disparo. La bala hirió a Lorio en el abdomen y murió luego de ser trasladado al Hospital Provincial. La autopsia concluyó que el disparo, con entrada y salida, le causó un shock letal.
Uno de los testimonios que se citan en el acuerdo abreviado es de la esposa de la víctima, quien contó que ella estaba en su casa mientras Sergio y su hija de dos años se encontraban en el pasillo. De repente advirtió que su marido resguardó a la nena dentro de la casa y “al segundo” sintió un disparo. Al salir vio a su marido caer de espaldas. De pie Alan Juncos, a quien conocía del barrio, “seguía gatillando” con un arma “grande y negra”. Después se fue caminando “como si nada.
La mujer contó que dos días antes habían sido abordados por Alan, quien intentó sacarle la gorra a Lorio. Luego “levantó su remera y exhibiendo un arma de fuego, bajo amenazas de muerte, le exigía la gorra”, relató. Ella se ubicó delante de su esposo para evitar que le dispararan. Dijo que también fue amenazada por Juncos, quien le sacó a Sergio la gorrita y lo amenazó: “A vos cuando te agarre te mato”.
Ese incidente motivó la discusión final. Un vecino del pasillo escuchó que, antes del disparo, Sergio gritó: “El otro día te zarpaste delante de mi mujer”. Describió al atacante como un joven “alto y flaco”, al igual que una vecina que luego del disparo vio salir del pasillo al atacante. Le preguntó qué había hecho y obtuvo como respuesta “le pegué un tiro a ese gil”. Según contó, se colocó el arma en la cintura y se fue caminando.
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Las tres ruedas de reconocimiento realizadas en la investigación del crimen arrojaron resultados positivos. Juncos fue detenido el 23 de octubre de ese año cuando caminaba por la zona de Centeno y Río Athuel.
En tanto, como parte del acuerdo abreviado la fiscal Valeria Haurigot le atribuyó a Juncos dos hechos. Uno del fecha 20 de agosto de 2017 a las 4, cuando forzó una ventana del balcón de una casa de 24 de septiembre al 300, adonde ingresó con otro hombre tras trepar a la medianera del vecino. Desde allí pasó al balcón y entró a la casa, de donde se llevó dos noteboooks, dos tablets, y un reloj. Luego fue detenido en la zona de Alem y 24 de Septiembre tras un llamado al 911.
El otro fue el 19 de diciembre de 2017 a las 22.30 aproximadamente en calle Grandoli al 3700 de Rosario, cuando junto por lo menos otras dos personas violentaron una de las persianas exteriores de comercio de la zona, “provocaron daños en una balanza y sustrajeron diversos elementos”. Fueron advertidos por personal de la Policía de Acción Táctica que tras una persecución apresó a Juncos cuando llevaba en un balde dos bebidas alcohólicas.