Con los alegatos iniciales de la fiscalía y los defensores finalmente ayer empezó juicio oral y público a la llamada "Banda de los Cerrajeros", un grupo de siete hombres —algunos bonaerenses— acusados de participar en quince violentos asaltos a viviendas del macrocentro de la ciudad. El comienzo del debate debió haber empezado la semana pasada pero se postergó a último momento luego de que algunos de los imputados se quedara sin abogados y el reemplazante pidiera tiempo para interiorizarse de los hechos que les atribuían.
En su alegato ante el tribunal oral compuesto por los jueces de primera instancia Paula Alvarez, Mónica Lamperti y Pablo Pinto la fiscal de Investigación y Juicio Viviana O'Connell pidió penas de entre 17 y 39 años de prisión efectiva para los imputados, a quienes atribuyó distintos roles y participación en los hechos investigados.
A partir de la jornada de hoy se prevé que comience la producción de prueba con la declaración de testigos, entre quienes se encuentran algunas las personas asaltadas. En ese sentido la fiscal solicitó que para el momento en que éstas declaren se retiren de la sala los imputados, para evitar la revictimización. Las defensas aceptaron el pedido.
El debate se enfocará en torno a 15 asaltos ocurridos entre el 18 de agosto de 2015 y el 8 de julio de 2016 que para la Fiscalía de Investigación y Juicio tuvieron una mecánica común. Es que todas las casas asaltadas tenían puertas de picaporte fijo que los ladrones franqueaban con sólo pasar una tarjeta plástica de fabricación casera que abría el pestillo.
Otra similitud entre los golpes tienen que ver con que solían actuar entre seis y siete personas con roles determinados, dos o tres autos de apoyo que controlaban las inmediaciones y una violencia inusitada de los ladrones para obligar a las víctimas a que les revelaran donde escondían los objetos de valor que se querían llevar. Al respecto, lo más llamativo que revelaron los investigadores tiene que ver con el uso de una plancha que los ladrones enchufaban para calentar y así amenazar a las víctimas. Así, en al menos un caso provocaron graves quemaduras a una persona.
Una particularidad de la banda es su integración mixta entre rosarinos y bonaerenses. Los residentes en la provincia de Buenos Aires viajaban una vez por mes para concretar los golpes cuya logística y organización se planeaba en Rosario.
En líneas generales, se les atribuyó "formar parte de una banda con el objetivo de sustraer elementos de viviendas" donde ingresaban "utilizando un dispositivo de plástico que lograba destrabar las puertas de picaporte fijo sin dañarlas. Según la mecánica descripta en la acusación, entre dos y tres ladrones ingresaban en las casas mientras que el resto "se quedaba en las inmediaciones haciendo de apoyo".
Los siete imputados —quedan algunos sospechosos prófugos— fueron detenidos el 10 de julio de 2016 en allanamientos realizados en Rosario, uno en Funes, cuatro en La Matanza (provincia de Buenos Aires), dos en Capital Federal y uno en Lomas de Zamora. En los procedimientos se secuestró gran cantidad de material de valor para la causa, como diez armas de fuego y vehículos que según captaron cámaras de distintas viviendas asaltadas se utilizaron para perpetrar los asaltos.
De aquí y de allá
Dos de los imputados se sentaron al banquillo acusados como cabecillas del grupo. Se trata de Claudio Martín "Caio" Cereijo, rosarino de 45 años, para quien la fiscal pidió la pena más alta: 39 años de prisión. Este hombre que se presentó como fabricante de calzados está considerado el cerebro de la pata local. Entre otras cosas, se encargaba de conseguir alojamiento a los bonaerenses y los proveía de vehículos, armas y handies.
El otro acusado como jefe es Juan Alberto Vallejos Figueroa, de 30 años y apodado "Dany" o "Rata", quien reside en la localidad bonaerense de Ciudad Evita. La fiscal, que pidió para él 35 años de cárcel, reveló que las víctimas lo identificaron como quien estaba al frente, dando órdenes y portando armas. Ya tiene una condena cumplida a nueve años por robo calificado y privación de la libertad.
Entre los otros imputados está Nicolás Cereijo, de 19 años e hijo de Caio, acusado de estar en los autos de apoyo que controlaban la zona de los asaltos. O'Connell pidió que lo condenen a 20 años de prisión. Otro rosarino acusado de brindar apoyo exterior es Eugenio Nicolás Gonzalo "Ketu" Salas, de 30 años, para quien requirieron una pena de 28 años.
La misma pena solicitaron para Pablo Sebastián "Pancho" Saavedra, un bonaerense acusado como el cerrajero que se encargaba de abrir las puertas. En tanto, Néstor Daniel Giménez, de 31 años y oriundo de Ciudad Evita, está acusado de haber amenazado a las víctimas con una plancha caliente o un cuchillo. El pedido de pena para él fue de 25 años de cárcel. Por su parte, para Marcos Ezequiel Fabero solicitaron 17 años de prisión efectiva.
Cabe recordar que Nicolás Gabriel Heredia, de 18 años y acusado como miembro de la presunta banda, aceptó a través de un procedimiento abreviado una condena a tres años de ejecución condicional. Según la acusación, su rol era una especie de "pibe de los mandados".
Hechos
Las penas pedidas para cada uno de los imputados tiene que ver con la cantidad de hechos, delitos y los roles que le atribuyen a cada uno. En la jornada inaugural de ayer, confirmaron fuentes de la Fiscalía Regional, la fiscal les atribuyó a los imputados el delito de asociación ilícita. A "Caio" Cereijo y a "Dany" Vallejos, en carácter de "jefes u organizadores", y al resto como miembros.
Asimismo Cereijo y su hijo están imputados como coautores de tenencia ilegal de arma de fuego de guerra. Lo mismo para Vallejos, Saavedra y Salas, acusados como coautores de ese mismo delito en concurso real con el de tenencia ilegal de arma de fuego de uso civil.
Luego se le atribuyó a los siete acusados un atraco ocurrido en Cerrito al 3200 el 18 de agosto de 2015, que les valió la imputación de "robo calificado con arma de fuego cuya aptitud para el disparo no puede tenerse por acreditada, agravado por ser en poblado y en banda".
También se los acusó como coautores de un hecho ocurrido al día siguiente en Rioja al 2400 por el cual la imputación es de "robo doblemente calificado con arma blanca y con arma de fuego cuya aptitud para el disparo no puede tenerse por acreditada, agravado por ser en poblado y en banda".
La misma imputación le formularon a seis de los acusados —todos menos Fabero— por dos hechos ocurridos el 23 de noviembre de 2015 en Dorrego al 2400 y en Juan Manuel de Rosas al 1400. A este mismo grupo también se lo acusó por un hecho del 8 de diciembre de ese mismo año en San Luis al 2300 que les valió la imputación por "robo triplemente calificado por haber provocado lesiones, cometido con arma blanca, arma impropia y con arma de fuego cuya aptitud para el disparo no puede tenerse por acreditada, agravado por ser en poblado y en banda".
Otros dos hechos ocurridos el 10 de diciembre de 2015 y el 3 de febrero de 2016 en Ituzaingo al 800 y en Viamonte al 900 les valió imputaciones por "robo calificado con arma de fuego cuya aptitud para el disparo no puede tenerse por acreditada, agravado por ser en poblado y en banda".
Las mismas imputaciones se les formularon a seis de los acusados —todos menos Giménez— por atracos ocurridos el 14 de abril de 2016 en Viamonte al 600, el 4 de mayo de ese año en Pasco al 1400, el 30 de mayo en Rioja al 2400 y en Viamonte al 1100.
Dos atracos perpetrados el 2 de marzo de 2016 en Catamarca al 2600 y en Dorrego al 2000 les valieron a cinco de los acusados (todos menos Fabero y Giménez) imputaciones por el delito de "robo calificado con arma de fuego cuya aptitud para el disparo no puede tenerse por acreditada, agravado por ser en poblado y en banda".
Este mismo grupo de cinco integrantes también fue acusado por los últimos dos atracos que se le atribuyen a la banda: el 6 de julio de 2016 en José Hernández al 2300 y el 8 de julio en Mosconi al 2400, en la ciudad de Funes. Dos días después la banda fue desbaratada.