"Persecución" fue la primera palabra que José Luis Bedoya, conocido como El rey del oro, utilizó para referirse al hurto que dijo haber sufrido el lunes en su joyería de Sarmiento al 900. Según el empresario, uno o más ladrones aprovecharon un descuido e ingresaron al local para llevarse alhajas y dinero. Si bien rehusó estimar el valor monetario de lo robado "para no ostentar", aclaró que "no fue tanto" como cuando, en febrero, dos hombres armados lo sorprendieron en su casa y huyeron con un par de kilos de oro y 380 mil dólares en efectivo. En este marco, sólo trascendió de fuentes policiales que lo sustraído anteayer de la caja registradora orillaba los 1.200 pesos.
Además de la tradicional joyería de calle Sarmiento, Bedoya es dueño del salón de fiestas "La mansión del rey", de una casa de ropa para novias, de una sastrería y de una empresa de alquiler de autos lujosos, todo lo que complementa, según afirma, con "inversiones en minería". En febrero pasado copó los titulares de los diarios tras denunciar un violento asalto en su casa de Pichincha, hecho del cual pocas novedades dijo tener desde entonces.
Y el episodio que denunció ayer, al cual vinculó con un escruche sufrido por su hija en su casa de Funes y otros episodios que rayan a su familia, parecía haberlo enfurecido más con la policía que con los ladrones.
Descuido. Bedoya relató que el robo a su joyería ocurrió cerca de las 19 del lunes, mientras el estaba ausente y su hijo atendía a un cliente en la parte trasera del local de Sarmiento 925. "Dos empleados salieron cinco minutos y alguien aprovechó para meterse y manotear joyas de la vidriera y dinero que había en la caja registradora", narró. También sostuvo que "lo que más preocupa es que robaron alhajas de clientes para arreglar que tienen un valor sentimental que no se paga con dinero, algo imposible de recuperar".
El comerciante indicó que el local no cuenta con cámaras de video. "Tengo cámaras en todos lados menos acá. Estaba por instalarlas, pero se me fue demorando", sostuvo.
Bedoya no quiso brindar detalles de lo sustraído y ayer, mientras esperaba que la policía fuera al local a levantar rastros del hecho, en la seccional 2ª aguardaban que él concurriera a formalizar la denuncia. "Acudimos ante un llamado telefónico. Por lo que sabemos había varios clientes. En un momento el muchacho que estaba atendiendo vio que una mujer que había ingresado con una niña se retiraba del local. Y al rato notó que le faltaba una caja con anillos y 1.200 pesos de la caja. Pero nadie vio nada y no hay filmación", señaló un vocero.
Todo vinculado. Más allá de que el monto de lo robado, al menos para su economía particular, no parecía ser muy importante para El rey del oro, Bedoya insistió en relacionar el golpe a su joyería con otros episodios que para él constituyen "una persecución" contra su familia.
"Después del robo que sufrí en mi casa en febrero, mi hija Erica decidió irse a vivir a Funes y se mudó hace un mes. El domingo de las elecciones (24 de julio), cuando volvía de trabajar en el salón de fiestas se encontró con que le habían vaciado la casa. Se llevaron alhajas, dinero, tres televisores, no quedó nada", denunció el empresario. Y disparó: "Todo está vinculado, no hay nada librado al azar".
En este contexto, Bedoya también se refirió a inconvenientes con su empresa de alquiler de autos importados. "Tengo varios coches que usan los choferes, excepto un Chrysler que sólo manejo yo. Pero cada vez que lo saco me para un patrullero y me empiezan a pedir que muestre la documentación. Entiendo que no hay muchos de estos autos en la ciudad, pero no es cuestión de que me traten como a un delincuente", bramó el empresario. Y agregó: "Exhorto al jefe de policía a que me dejen de joder. Acá no se puede tener nada".
Misterioso
En el marco de la “persecución” de la que asegura ser objeto, El rey del oro José Luis Bedoya afirmó que últimamente notó que “hay dos autos” que lo siguen, “uno blanco y otro gris”.
Sin más datos, el comerciante aventuró que “debe ser para secuestrarme o para sacarme dinero”.
-¿Hizo alguna denuncia al respecto?
-¿A quién? Si acá nadie toma las denuncias.