"Falta muy poco para que se esclarezca totalmente este aberrante hecho, algo que
traerá alivio al Sindicato de Camioneros de la provincia pero fundamentalmente a la familia de Abel
Beroiz". Así se expresó ayer Juan Chulich, el secretario general del gremio de los choferes en
Venado Tuerto, ciudad de origen del sindicalista asesinado en noviembre pasado. Sin embargo, el
dirigente prefirió no hacer ninguna hipótesis acerca de quién o quiénes fueron los autores
intelectuales del crimen por encargo que cometió Raúl Oscar Flores, según su propia confesión ante
el juez de Instrucción Osvaldo Barbero.
En medio del silencio que se impusieron los máximos
referentes provinciales y nacionales de los camioneros, sacudidos tras la detallada confesión y las
acusaciones hechas por Flores, todos parecen cuidarse las espaldas. Y, en ese marco, analizan quién
es quién dentro del gremio que más creció económicamente en el último lustro de la República
Argentina.
Es que el mismo día en que Beroiz era sepultado, tras
recibir en su cuerpo cinco puñaladas y tres disparos, el líder máximo de los camioneros y de la
CGT, Hugo Moyano, sostuvo que bajo sus alas "no hay diferencias internas y están todos unidos".
Algo que la realidad parece haber desmentido.
¿Qué dijo? El viernes a la mañana, Raúl Flores dijo ante el juez que le habían
ofrecido 80 mil pesos para asesinar a Beroiz pero que sólo le dieron 20 mil. Asimismo, contó que
había sido contactado para hacer el trabajo por un abogado trucho, al que identificó como Luis
Jeréz, quien se dedicaba a llevar adelante causas por daños y accidentes laborales entre los
trabajadores portuarios, su última actividad legal. Y que fue ese pseudo profesional el que le
gestionó una indemnización por una lesión sufrida en sus manos cuando se desempañaba como estibador
en los muelles.
También sindicó que un hombre de apellido Agüero y otro, al
que conoció como Juancito, ambos allegados al sindicato, fueron quienes aportaron la inteligencia
en los días previos al crimen.
Flores no calló nada. Incluso, ante una pregunta que le
hizo el juez Barbero, manifestó que escuchó de boca de sus empleadores el nombre de Raúl Alfredo
Luna, quien era el secretario adjunto del gremio provincial y de la Federación Nacional encabezada
por Hugo Moyano y de la cual Beroiz no era ni más ni menos que el tesorero.
Quién es quién. Cuando aún Moyano sostenía la idea de que la muerte de Beroiz
había sido un hecho más de la inseguridad cotidiana, la Justicia y la policía sospechaban que el
crimen había sido encargado y que sus motivaciones había que buscarlas en las internas
gremiales.
Así se supo que la agrupación que encabezaba Abel Beroiz en
la provincia, la Auzl y Blanca, tenía una fuerte oposición. En la zona sur de Rosario se reunían
sus detractores, agrupados en la lista Verde, quienes se preparaban para dar batalla en las
elecciones de junio. Ese grupo era liderado por Luna.
Y si el nombre de Luna siempre estuvo en la carpeta de los
investigadores, una respuesta a este diario de la fiscal Rita Schiappa Pietra terminó de
profundizar las sospechas. "Sí, algo así", dijo la funcionaria cuando se la consultó acerca de un
llamado telefónico hecho por un allegado a ese sindicalista al celular de uno de los encubridores
del homicidio.
Apenas sepultado Beroiz, Luna se hizo cargo del gremio
provincial. Pero su mandato duró muy poco. Es que se vio obligado a renunciar a medida que avanzó
la pesquisa. En su lugar fue nombrado Raúl Moretti, hoy a cargo del gremio, aunque todo indica que
ese lugar debía ser ocupado por Chulich, un estrecho colaborador de Beroiz.
Respecto a Agüero, ninguna de las personas consultadas por
este diario supo decir quién puede ser. Mientras que sobre Juancito las primeras hipótesis parecen
caerse con el paso de las horas. Es que según trascendió, Flores dijo en su confesión que era una
persona "alta y pelada" a la que había visto en fotos periodísticas e imágenes televisivas llevando
el féretro de Beroiz. Y, algunos medios se animaron a decir que se trataba de Juan
Dell’Arciprete, ex responsable de la delegación de los camioneros en Casilda, separado del
gremio por el propio Beroiz tras detectarse una serie de irregularidades y repuesto en funciones
como vocal titular por Luna apenas asumió.
Bajo control. Sobre esta acusación, allegados a la familia del sindicalista
asesinado manifestaron que "el traslado del féretro no fue librado al azar" y que fue el mismo hijo
de Beroiz, Abelito, el que coordinó quiénes se hacían cargo de la tarea. "Convocó a los deudos más
cercanos y a Moyano. No recordamos otras personas llevando el cajón ni tenemos registro de que Juan
Dell’Arciprette haya estado en el velatorio", dijo la fuente.
"Hay algo que sabe todo el mundo dentro del gremio: a Luna
le prometieron que en 2008 sería secretario general del gremio y Beroiz no daba muestras de ir a
ceder su lugar", dijo un hombre del riñón camionero en los últimos días del año pasado. Una pista
que el juez Osvaldo Barbero ya está profundizando. l