Dos acusados por el crimen del ex policía Oscar Roberto Chiavassa, asesinado el año pasado en un asalto a su negocio de Zuviría y Cullen, serán juzgados en un juicio oral y público como coautores de un homicidio en ocasión de robo. El paso previo se tramitó días atrás en una audiencia preliminar donde las partes propusieron las pruebas y el encuadre penal que regirá el debate.
Tras escuchar esos planteos, un juez definió bajo qué condiciones se juzgará el caso: rebajó la imputación original de la fiscalía (que acusaba por una figura con prisión perpetua) y sobreseyó a dos sospechados de encubrimiento (ver aparte). Así, el crimen del ex policía quedó encaminado hacia el juicio oral que contará con un tribunal de tres jueces.
Disparo fatal. Desde su retiro en 2012, Chiavassa atendía su granjita en Cullen y Zuviría, donde la noche del 10 de junio de 2014 ingresaron tres hombres armados. Vecinos relataron que habían llegado en un Chevrolet Corsa claro con el capó pintado de negro que estacionaron a unos 70 metros del local sobre Zuviría casi esquina Fraga. Chiavassa estaba solo y no está claro si se resistió al robo, pero sí que recibió un balazo en la región dorsal derecha y fue trasladado al Hospital de Emergencias donde murió.
Dieciocho horas después, en 27 de Febrero y Circunvalación, efectivos del Comando Radioeléctrico interceptaron a partir de un llamado al 911 el paso de un Chevrolet Corsa banco con el capó negro. Allí fueron detenidos Alexis Fernández Cayme y Brian Martínez, ambos de 22 años. Horas más tarde también fue apresado en un allanamiento un hermano de 20 años de Alexis, Natanael, que fue imputado de encubrimiento.
En la casa de los hermanos se incautaron una pistola calibre 22, un handy con frecuencia policial y celulares. También Tamara J., de 21 y novia de Alexis, quedó imputada de encubrimiento al declarar en fiscalía a raíz de mensajes detectados en su celular. También fue apresado por el caso un chico de 17 años.
Previa. Más de un año después los cuatro mayores de edad participaron de una audiencia preliminar, una etapa previa al juicio en la que las partes proponen sus evidencias y por qué delitos serán juzgados los acusados. El fiscal Florentino Malaponte y el abogado querellante José Nanni pidieron que Martínez y Alexis y Fernández Cayme —los dos están presos— llegaran acusados de homicidio calificado críminis causa (es decir, cometido para garantizar u ocultar un robo), que prevé prisión perpetua. En cambio los abogados Marcelo Piercecchi y Leopoldo Monteil reclamaron la figura de homicidio en ocasión de robo, más leve, que se aplica cuando en medio de un robo ocurre un homicidio pero sin un propósito de obtener impunidad.
Tras analizar los planteos, el juez Carlos Leiva definió los parámetros del juicio. Si bien aún hay margen para arribar a un convenio abreviado, es una posibilidad que las partes ven remota ya que hasta aquí no lograron llegar a un acuerdo. En sus fundamentos, Leiva resolvió rebajar la imputación tal como lo pedían los defensores, si bien denegó salidas de prisión y los acusados siguen presos.
Idea. Sobre el cambio de calificación el juez señaló que una cosa es cuando un sujeto “mata para robar” y otra cuando “va a efectuar un robo” sin “la idea de matar”. En este caso, “las armas se llevan para asegurar el éxito, paralizar a la víctima, pero el propósito del individuo no es matar para robar”.
Para el juez, esta secuencia es la que más se ajusta a lo que ocurrió en el almacén de Chiavassa y por eligió la figura de homicidio en ocasión de robo, que prevé de 10 a 25 años de prisión. Los acusados llegarán a juicio como coautores. A eso se suma el delito de portación de arma de guerra por una pistola calibre 9 milímetros usada en el hecho.
Las defensas habían señalado que la prueba es débil, que a sus clientes sólo los incriminaban por el auto pero sin otras evidencias de su presencia en la escena del robo. Pero el juez consideró “sensato estimar que la acusación exhibe piezas con entidad probatoria y fundamentos serios” para ir a juicio.
Entre las pruebas hay una pericia telefónica sobre los celulares de los acusados que los defensores habían objetado por razones técnicas pero el juez avaló. Allí se hallaron mensajes en el celular de uno de los acusados referidos a una muerte en un robo. Además figuran las declaraciones de vecinos y familiares; una bala de plomo 9 milímetros hallada en el local; el Corsa patente BMS 665; los teléfonos; actas del expediente y una inspección ocular.