Cuando faltaban 15 minutos para las 8 de la noche del martes Aldo Estanislao G., un hombre de 79 años, miraba televisión en el living de su departamento del centro rosarino. Entonces fue sorprendido por la irrupción de dos jóvenes que, antes de que el dueño de casa pudiera reaccionar, quedó a merced de los intrusos. Enseguida los maleantes lo encañonaron y lo maniataron, y con la situación controlada recogieron 40 mil pesos y 5 mil dólares.
Una fuente policial señaló que el atraco ocurrió en el departamento 3 del 8º piso de un edificio situado en San Lorenzo al 1600. A las 19.45 del martes Aldo G. observaba un programa de televisión cuando de repente dos muchachos de unos 22 años abrieron la puerta de su departamento y se introdujeron. Atónito, el dueño de casa se incorporó pero apenas pudo preguntarles a los recién llegados quiénes eran. La respuesta no se hizo esperar: “Esto es un robo”, voceó uno de los malhechores.
Sin obstáculos a la vista, los ladrones ataron las manos y las piernas del anciano con bandas y precintos plásticos. El hombre quedó maniatado en un sillón en el living mientras los delincuentes revolvieron varios lugares para buscar los 40 mil pesos que Aldo G. había retirado el martes a la mañana del Banco Nación. Pero los ladrones no sólo se llevaron ese dinero. También se alzaron con cinco mil dólares que el hombre asaltado había atesorado en los últimos meses.
Tenían datos. Para los investigadores policiales quienes cometieron el atraco conocían la existencia de la plata y les llama la atención cómo los hampones entraron al edificio ya que la puerta principal no estaba forzada. “Al departamento entraron porque la puerta no estaba cerrada con llave”, explicó un portavoz de la comisaría 3ª, con jurisdicción en la zona del atraco.
El vocero consultado también señaló que en algunos edificios se reforzaron las medidas de seguridad y “para utilizar los ascensores hay que colocar tarjetas magnéticas. Entonces (los ladrones) se quedan agazapados en el pallier esperando que ingrese alguien y después se dirigen al departamento de esa persona para cometer el robo. Sin embargo, en este caso fueron directamente al 8ª piso donde vive el hombre asaltado”.
Tras el atraco, los dos asaltantes ganaron la planta baja y se esfumaron con el botín sin que sus movimientos fueran distinguidos por algún vecino. Ayer a la mañana La Capital quiso conocer detalles del robo pero el anciano asaltado prefirió no contar el episodio delictivo que había sufrido.
Otro robo. El otro atraco ocurrió en un edificio de Montevideo al 500. A las 15 del martes el portero eléctrico sonó en el tercer piso de ese edificio, donde vive una anciana. Una fuente policial indicó que la mujer bajó al palier y les franqueó el paso a tres muchachos que dijeron ser empleados del Correo Argentino.
Los hombres encañonaron a la anciana y la obligaron a subir con ellos a su vivienda. Una vez adentro la maniataron y encerraron en una de las habitaciones. Con la situación controlada, recogieron 3 mil pesos y alhajas por un valor no precisado. Con el botín en su poder, los malhechores se marcharon y hasta anoche no habían sido localizados por la policía. El robo fue denunciado en la seccional 1ª.