De compras en un hipermercado de la zona norte. Así fue descubierta, de forma
casual, una mujer de 28 años que tenía pedido de captura por su presunta participación en el
asesinato de un changarín ocurrido hace casi seis años en Balcarce al 4200. Vanesa A., quien fue
apresada ayer en el interior del local de Carrefour ubicado sobre avenida Circunvalación, ya había
sido demorada en su momento por aquel hecho, pero el requerimiento judicial al parecer se había
renovado y por ese motivo fue derivado a la Alcaidía de Mujeres de la Unidad Regional II acusada
por el momento de homicidio y robo a disposición del Juzgado de Instrucción Nº 10.
Cómplice. De acuerdo a lo informado por fuentes policiales Vanesa no sería la
autora material del asesinato, pero habría acompañado junto a otras dos personas al ejecutor del
disparo que apagó la vida de Raúl Tabares, un changarín que vivía con su familia en la zona de
Balcarce al 4200, en la zona sur de la ciudad.
El crimen ocurrió el 18 de agosto de 2004. A Tabares lo conocían con el apodo de
Gordo y, según lo informado en su momento por la policía, lo mataron cuando dos muchachos y dos
chicas llegaron hasta su humilde vivienda con la supuesta intención de robar. Así lo establecieron
porque de acuerdo a testigos, los autores ingresaron a la vivienda y se llevaron dinero que la
víctima tenía en un bolso, un par de zapatillas y un televisor.
Pero el caso, desde un principio, presentaba algunas aristas oscuras. Según lo
que se pudo reconstruir hace seis la forma en que fue ejecutado Tabares no podría atribuirse a un
grupo de ladrones. El changarín fue "sacado" del interior de su casa, luego lo pusieron con la
espalda contra el piso y en esa posición le descerrajaron un disparo en la cabeza. Murió en el
acto.
Los investigadores averiguaron que una semana antes del asesinato, Tabares se
había cruzado mientras andaba en bicicleta por el bulevar Oroño con un muchacho conocido en el
barrio con el apodo de Patón, quien bajo amenaza de muerte con un arma de fuego le quitó el rodado
y algunas pertenencias. En principio Tabares no ofreció resistencia frente al atraco, pero pocas
horas después decidió ir hasta la casa de Pato y recuperar lo que era suyo. Según esa versión
Tabares, esta vez, se salió con la suya y regresó a su casa con la bicicleta y lo que le habían
robado.
Epílogo. El capítulo final de la disputa se escribió el 18 de agosto. Tabares
estaba en su casa con varios familiares cuando llegaron Pato, otro vecino identificado como Diego
Farías y dos chicas. María, hermana de la víctima contó que, mientras Pato sacaba a su hermano a la
calle y lo tiraba en el piso, el otro muchacho se introducía en la casa y se llevaba de prepo el
televisor, las zapatillas de la víctima y algunos billetes. Un instante después se escucharía el
disparo que terminó con la vida del peón de albañil.