El acto de asunción de los nuevos funcionarios del gabinete del Ministerio de Seguridad de la provincia que comanda Raúl Lamberto evidenció ayer claros indicios de la gravedad de la crisis institucional que afecta a la policía de la provincia tras la denuncia que eyectó de su cargo y puso tras las rejas al ex jefe de la fuerza, comisario Hugo Tognoli, por presunto encubrimiento a narcotraficantes. El primero fue la renuncia del secretario de Seguridad Pública provincial o virtual viceministro del área, Marcos Escajadillo, quien fue reemplazado por el abogado Matías Drivet, hasta ayer titular de la Dirección de Control de las Fuerzas de Seguridad y hombre de extrema confianza del ministro. El segundo fue la creación con inusitada celeridad de una Secretaría de Delitos Complejos que estará a cargo de la abogada y hasta ayer policía Ana Beatriz Viglione, con lo que se le quitará a la fuerza el manejo del combate al narcotráfico, la trata de personas y el lavado de dinero, es decir los circuitos más redituables del delito organizado. En ambos casos, como así también en el nombramiento de otros funcionarios de la estructura, lo que quedó al descubierto fue la decisión política del gobernador Antonio Bonfatti de blindar al Ministerio de Seguridad con hombres y mujeres surgidos del propio socialismo.
A Matías Drivet, un hombre muy cercano al ministro Lamberto, lo acompañarán la ex diputada provincial Lucrecia Aranda como subsecretaria de Seguridad para la zona sur de la provincia mientras que en la zona norte seguirá Diego Poretti.
Si hubo algo llamativo en el acto de ayer fue la ausencia del propio Drivet. A pesar de que el ministro remarcó que estaba "viajando desde Rosario", lo cierto es que el funcionario no pudo llegar debido a los piquetes que vecinos del Gran Rosario mantuvieron sobre las rutas que comunican con la capital provincial en demanda de ayuda tras la devastadora tormenta que los afectó en las últimas horas.
En cuanto a Escajadillo, el político que pareció haber pagado con su cargo el escándalo desatado por la denuncia contra Tognoli, no se quedó afuera del gobierno. Pasará a dirigir la flamante Secretaría de Protección Civil que dependerá del Ministerio de Gobierno y Reforma del Estado, designación que generó duras repercusiones (pág. 32).
De policía a civil. Es tal el blindaje que Bonfatti quiere darle a Seguridad que no pudo cumplir su palabra de nombrar a un civil enteramente ajeno a la policía al frente de la nueva Secretaría de Delitos Complejos. Pero ante esa imposibilidad optó por la abogada y licenciada en Seguridad Ana Beatriz Viglione, una mujer de 43 años que hasta ayer mismo ostentó el rango de comisaria inspectora en el cargo de directora provincial de Autorización, Registro y Control de Agencias Privadas de Seguridad. Horas antes de su nombramiento, Viglione pidió su pase a retiro de la fuerza y aceptó el cargo político que le ofrecieron, lo que fue destacado por el ministro Lamberto.
Viglione fue nombrada por "porque entiende que los tiempos políticos y la necesidad de fortalecer el Ministerio de Seguridad así lo requiere. Estos son ejemplos para cada uno de nosotros, a quienes a veces se nos pide que en función del bien colectivo también hagamos renunciamientos", dijo el ministro.
En ese sentido, a poco de asumir Viglione dijo a La Capital que es "socialista de toda la vida, firmemente consustanciada con el proyecto de transformación de este gobierno" y remarcó que "no fue la coyuntura lo que determinó los cambios. Estos ya venían en marcha. Recuérdese que en mayo ya se habían pasado las direcciones de Drogas y Trata desde la policía al Ministerio. Estas reformas son parte de ese mismo proyecto".
La Secretaría que encabezará Viglione tendrá bajó su órbita la Subsecretaría de Delitos Económicos para la que fue convocada la abogada y especialista en derecho tributario Margarita Zabalza, hija del actual diputado nacional Juan Carlos Zabalza. La profesional, para asumir su cargo, deberá dejar de lado el posgrado que se encuentra realizando en España, toda una señal de la búsqueda de gente de confianza para cubrir los nuevos espacios ministeriales. También habrá una Subsecretaría de Investigación Criminal a cuyo frente estará Andrés Ferrato; y las direcciones de Prevención y Sanción del Delito de Trata de Personas, que seguirá siendo dirigida por Mónica Viviani; y de Prevención y Control de Adicciones, en la que se nombró al comisario mayor Sergio Gorosito.
En este blindaje de socialistas en el Ministerio que debe responder a la hoy principal demanda social, el gobierno busca dar la señal de que asume el desafío frontalmente y con sus propios hombres, afirman cerca de Lamberto. Otras lecturas no necesariamente contradictorias, decían ayer que los nombramientos buscaron zanjar las sospechas que atribuyen la génesis de la crisis al chisporroteo con el radicalismo que generó la renuncia del ex ministro Leandro Corti, hombre puesto por la UCR. Corti había designado a Tognoli, a quien algunos también atribuyen simpatías radicales. La Casa Gris desmiente esas lecturas, claro.
Los desafíos. "Quizá la tarea más difícil que tiene un funcionario político, y por supuesto los funcionarios policiales, es lograr tener una fuerza de seguridad formada, capacitada y al servicio de la sociedad. Este es el desafío y espero que los nuevos integrantes del gabinete trabajen para que esta transformación la podamos exhibir con resultado", dijo Lamberto tras la asunción de las nuevas autoridades.
Afirmó también que "en estos temas se ha avanzado, así lo dicen las estadísticas. Se ha actuado y hay mucho todavía por hacer. Esta es un tarea compleja, difícil, pero desigual y no tenemos dudas de que como ordenara el gobernador, es un objetivo fundamental de esta gestión que seguiremos sosteniendo para lo cual solicitamos la colaboración de toda la policía y la sociedad civil para realizar una tarea conjunta. De la misma forma que solicitamos que la Justicia y la fuerzas federales trabajen en forma coordinada con la provincia porque el narcotráfico es un delito federal y nosotros debemos colaborar en su combate. Por eso tenemos que complementarnos y no competir".