Edgardo Orellano, el padre de Carlos, el joven que desapareció la madrugada del lunes luego de asistir a un boliche de la zona de a Fluvial, y su abogado, Salvador Vera, denunciaron "graves irregularidades en el proceso de investigación por la falta del muchacho y apuntaron al personal de seguridad privada del local y a algunos policías adicionales. Además, el papá del muchacho pidió una reunión con el presidente de la Nación, Alberto Fernández, para comentarle el caso.
En una rueda de prensa este mediodía, el abogado Salvador Vera comentó que "nos hemos entrevistado con los fiscales para interiorizarnos de todas las medidas de la investigación. La hipótesis fundamental es la desaparición de Carlos en las aguas del Paraná a partir de una situación muy comprometida por parte del personal de seguridad mixto, privado y policial, del boliche. En ese sentido se tomaron testimoniales a personal del boliche".
El letrado comentó luego que "surge una situación muy comprometida por parte del personal del boliche y del personal policial, fundamentalmente", al tiempo que le reclamó al Ministerio Público de la Acusación que "debería estar evaluando la detención fundamentalmente de una agente policial y del jefe de seguridad del boliche en función de severas contradciciones en sus declaraciones. En este momento la familia necesita priorizar la búsqueda de Carlos, que Prefectura avance en eso lo más rápido posible".
Vera agregó que "la familia ha padecido una situación de graves irregularidades a partir de la denuncia. Habría habido alguna orden de Fiscalía de intervenir y cautelar cámaras y esto no se habría producido. El boliche habría abierto el lunes, lo que implica una situación irregular tratándose de una denuncia de desaparición y del lugar donde ocurrió el hecho".
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Sebastián Suárez Meccia / La Capital
El martes abrió y esperamos las confirmaciones en el marco de la investigación. Habría habido una denuncia en la seccional 2ª que no habría sido protocolizda. Esto nos da indicios de una actividad encubridora en relación al hecho", agregó.
Sobre si la familia de Orellano había encontrado rastros de sangre en los alrededores del boliche indicó: "Efectivamente, la familia ha marcado un sendero y un rastro de sangre que comenzaría dentro del lugar. Ellos tienen en claro que hubo una situación que se generó dentro del boliche que se continuó afuera por parte de los propios agentes de seguridad o patovicas, y los agentes policiales que cumplían tareas de adicionales. A esto se suma la gravedad de la irregularidad de la denuncia que efectúa una de las agentes policiales en la seccional 2ª que no tendría formalización dentro los registros protocolares de la seccional".
Trascartón, agregó que si bien no conocía el estado civil de la policía la misma es "la compañera de otro agente policial que cumplió funciones policiales esa misma noche".
Consultado de por qué se tardó tanto en verificar las cámaras de seguridad, Vera fue contundente: "Eso marca el inicio de las irregularidades policiales en la actuación. Desde la no protocolización de la denuncia en la seccional 2ª, luego las irregularidades que aparecen después porque aparentemente no funcionarían las cámaras del boliche, o al menos no funcionaría la única cámara dentro del boliche que tendría foco en la escena adentro, allí se iniciarían todas las irregularidades. Hasta que se pueda efectivizar el secuestro de materiales de video o registros tanto en el lugar como en la zona para luego ser peritado. Eso va a llevar bastante tiempo"
Quien tomó luego la palabra fue el papá de Carlos, Edgardo, quien muy conmovido destacó: "Me siento como un padre al que le arrebataron a un hijo por una pulsera. Su delito fue haber entrado al VIP sin la pulsera. Ahí empieza todo, en vez de pedirle que se retire lo empujaron de arriba, le golpean la cara contra el piso, él se enoja y ahí lo 'amansan' y lo sacan a las trompadas desde el boliche para acá. En un momento lo meten en este embudo, en vez de sacarlo para avenida Belgrano, y ante el temor de que le peguen más cuando llegan lo aprietan contra la baranda y pasa para el otro lado. Ahí no se sabe si se resbala y se cae, si lo empujan o si le pegan una trompada y cae desmayado al agua".
Acerca de si tenía información de quiénes podrían haber golpeado a su hijo, Orellano explicó: "Había dos de camisa blanca y otros de camisa de otro color. No había mucha claridad a esa hora pero sí vieron a tres personas. Hubo gente que se detuvo a mirar cómo discutían y le pegaban y lo apretaba contra la baranda. Cuando llegó ahí, acorralado, si queda de este lado lo matan, entonces se pone del otro lado y no se sabe si lo empujaron o lo golpearon. Mi hijo era un excelente nadador, cayó al lado de la escalera. Pero para mí cayó inconsciente. La otra es que haya salido a flote, lo hayan sacado a flote y lo tiraron a otro lado".
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Sebastián Suárez Meccia / La Capital
También Orellano se refirió a los rastros de sangre hallados en la zona: "Los chicos compañeros de él empezaron a buscar rastros porque nos dijeron que había escuchado a gente de la PDI decir que en tal o cual lugar encontraban rastros, que habían lavados las manchas. Los chicos que estaban escuchando empezaron a seguir rastros. No sé de quién es la sangre, si eran de mi hijo o de un animal, pero rastros había hasta acá."
Por último, reclamó tener aunque más no sea un breve encuentro con el presidente Alberto Fernández mañana, en oportunidad de la visita del mandatario a Rosario, con motivo del acto de la creación de la Bandera en el Monumento: "Sí me escucha el presidente, o alguien de su entorno y me quiere conceder una audiencia, le pido cinco minutos. No lo voy a molestar, pero quiero hablar personalmente. Pero me interesa que en esto intervenga la Justicia de la Nación. No puede ser un muerto de forma violenta todos los días en Rosario. Y hay cosas irregulares, todo es irregular acá en Rosario".