Nombres en clave, diminutivos, personajes de series de televisión, frases y hasta emoticones alusivos figuran en el modo como se tratan en sus intercambios por WhatsApp los siete acusados por las balaceras a objetivos judiciales de 2018. “Apodos, sobreentendidos, referencias elípticas y contactos agendados de manera peculiar son la moneda corriente. El objetivo es dificultar la tarea de los investigadores cuando los teléfonos son secuestrados”, plantearon en sus alegatos de cierre los fiscales que llevaron a juicio al grupo por catorce atentados a balazos ejecutados entre mayo y agosto de ese año.
Ante el tribunal que juzga a Ariel “Guille” Cantero y a otros seis acusados, el equipo de fiscales desmenuzó una lista de apodos, algunos ya conocidos, otros que no dejan de ser curiosos. En conversaciones de WhatsApp, chats, agendas de contactos, capturas de pantallas y audios, según plantearon, “se pueden encontrar los elementos que nos permiten afirmar cómo se referían los imputados entre sí al momento de los hechos investigados”.
Así, Ariel Máximo “Guille” Cantero, el condenado como jefe de Los Monos, aparece identificado como “Gui”, “Loco”, “Lokito”, “Miljaus” _en alusión a Milhouse, el personaje de Los Simpson que usa anteojos_ o directamente con un emoji que usa lentes. “Al Loko lo patearon a Ezeiza”, se lee en un chat cinco días después del traslado de Cantero a esa cárcel federal desde Resistencia. Un movimiento concretado el 2 de septiembre de 2018, pocos días después de que la saga de catorce atentados ahora en juicio llegara a su fin.
Otro emoji, en este caso el de un televisor, aparece para aludir a Daniel Alejandro Delgado, más conocido por su sobrenombre “Teletubi”. Es uno de los condenados por el triple crimen de Villa Moreno, el ataque a tiros en el que murieron tres militantes sociales en 2012. Cumple 21 años de prisión y hasta finales de 2018 compartió celda con Cantero en el pabellón 7 de la cárcel de Piñero.
En las conversaciones presentadas como prueba en el juicio oral en curso le dicen “Tele”, “Telele” o, en la forma más breve posible, simplemente “T”. En la causa por las balaceras está sindicado como el jefe de una banda de barrio Alvear con al menos siete personas a su cargo. Afronta un pedido de 12 años de prisión por participar en tres de los atentados que tuvieron como blanco a edificios judiciales o viviendas donde residieron jueces ligados a la causa de Los Monos. Los implicados en la causa también se refieren a él como “el de ojitos claros”.
Quien también acumula varios seudónimos es Matías Nicolás César, referente según los fiscales de una banda de Tablada y conocido entre los suyos como “Mati de Quintana”, “Veintidos”, “Señor la muerte”, “Pino”, “Pinino”, “Sabés lo que te digo” _una frase que al parecer lo identifica_, o directamente “Ma”, un apócope de su nombre que de acuerdo con la investigación solía utilizar Guille al hablar con él.
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Los fiscales Miguel Moreno, Matías Edery, Aníbal Vescovo y Gastón Avila pidieron para César la misma pena que solicitaron para Guille: 24 años de prisión. Lo sindican como alguien que tenía línea directa con el líder, organizaba ataques y participó en diez hechos de balaceras. De uno de sus chats se extrajo una conversación donde el interlocutor, agendado como Joel, le plantea que debe ganar cartel en el delito: “Buscate un buen pegador amigo porque te van a destronar”, lo desafía. César contesta: “¿Yo, papá? Para qué más. Desde mayo que vengo saliendo en el noti”. Mayo es el mes en que se cometieron los primeros dos ataques a viviendas del juez Ismael Manfrín.
Con cuatro apelativos le sigue Leandro Daniel Olivera, con un pedido de 13 años de prisión por participar en tres hechos. Está apuntado como el líder de otra de las células involucradas en los ataques y le dicen “Chulo”, “Chu”,”Chuli” o “Martu”. En tanto que Damián Oscar Enrique Chávez, ligado a un solo ataque con una granada de gas lacrimógeno a la ex Policía de Investigaciones, aparece mencionado o agendado como "Tito“, “Amigo” y “Titotot”.
El de los apodos fue uno segmento al que le dieron especial despliegue los fiscales, a fin de dar respaldo a la prueba telefónica, en los alegatos de clausura que presentaron el lunes en el Centro de Justicia Penal. En el edificio acorazado por vallas metálicas de Gendarmería Nacional comenzaron a alegar la mañana de este miércoles los defensores de los acusados, de cara al veredicto previsto para el próximo 29 de septiembre.