La madrugada del miércoles de Reyes no fue la mejor para Eduardo y su esposa, un matrimonio afincado en la zona rural de Arequito, una población de unos 7 mil habitantes ubicada en el departamento Caseros y a unos 90 kilómetros al oeste de Rosario. Poco antes de las 2 de la mañana al menos cinco hombres ingresaron a la propiedad burlando los sistemas de seguridad que posee y bajo amenazas con armas de fuego les sustrajeron 300 mil pesos en efectivo y una camioneta que poco más tarde apareció abandonada sobre un zanjón cercano al lugar del hecho.
Según contó Eduardo a La Capital, alrededor de la 1.50 del miércoles pasado escuchó ruidos en la cocina de su casa por lo que se levantó de la cama para ver qué pasaba. "Cuando me acerqué a la cocina y prendí la luz noté que alguien estaba barreteando la puerta desde el exterior. Enseguida entró y me apuntó con un arma. Entonces me fui hacia el comedor y me encerré allí trabando la puerta con un mueble, pero empecé a notar que eran varias personas las que empujaban desde afuera y me iban ganando así que no tuve otra oportunidad que abandonar ese esfuerzo y tratar de encerrarme con mi esposa en el dormitorio".
Mientras eso ocurría, el hombre le pidió a su esposa que llamara a su hermana, que vive a solo 20 metros de la comisaría del pueblo para que manden un móvil a su finca y también que avisara a sus sobrinos para que fueran en su ayuda. "Llegaron primero mis sobrinos que la policía y eso que vivimos a solo 5 kilómetros del centro de Arequito", manifestó Eduardo.
Pero una vez encerrado en el dormitorio y cuando pensaba que estaba a salvo, Eduardo supo que no todo había terminado. "Otro tipo empezó a barretear la celosía que tengo en una puerta que da al exterior y terminó metiéndose. Ahí vi que si no aflojaba podían dispararme porque ese hombre también estaba armado", recordó el hombre que toda su vida la dedicó a ser productor y contratista rural y dijo ser reconocido en Arequito y Los Molinos, localidades cercanas a su domicilio.
Una vez que los ladrones ganaron el interior de la propiedad "uno empezó a exigirme que le entregue el dinero, que sabía que tenía dinero y que se lo de o me disparaba. Así que lo llevé a otra habitación y tuve que darle todo lo que tenía, que no era plata que había sacado de un banco ese día o de una operación comercial que pudiese haber hecho sino que es plata que tengo para pagar cuentas, comprar algo que siempre se necesita para el campo o hacer frente al sueldo de un empleado que hace cerca de 30 años que trabaja con nosotros".
Así las cosas mientras algunos de los ladrones daban vuelta por la casa buscando objetos de valor, quien amenazaba a Eduardo se hizo del dinero y empezó a dar órdenes. "Vamos, vamos que ya vienen", dijo como sabiendo que alguien se acercaba a la propiedad o que tenían el tiempo contado para terminar el atraco. "Yo creo que han visto luces por el camino rural que pasa frente a mi casa o alguno que quedó de campana les avisó y se fueron". Para huir, los ladrones se subieron a la camioneta Toyota SW 4x4 de Eduardo y salieron a toda velocidad por una tranquera que da al camino de tierra que lleva a la ruta provincial 92.
Poco después arribaron los sobrinos de las víctimas pero el robo ya había sido consumado. "Afortunadamente no nos lastimaron, pero el mal momento que vivimos no se lo recomiendo a nadie", dijo Eduardo. También contó que "uno en estos pueblos conoce a todos y a veces es muy confiado, por eso a pesar de tener alarma no siempre la conectamos a la noche. Y encima las cámaras de seguridad que hay en la casa no registraron el momento del robo", contó el productor que refirió que un técnico que fue a revisar el funcionamiento de esos equipos le dijo que "el disco de registro puede haber estado cargado y sin capacidad para las filmaciones".
En tanto, la camioneta Toyota de Eduardo fue hallada poco más tarde del hecho abandonada sobre el camino rural que pasa frente a su campo, a unos 1.500 metros de la tranquera y sobre un zanjón. "Yo pienso que los han traído en un auto, los dejaron, escaparon en mi camioneta y ese auto los estaba esperando donde dejaron la camioneta", especuló el contratista rural que también sostuvo que "por el tono de voz de los ladrones podría ser gente de Rosario, yo estoy seguro que del pueblo no son".
Finalmente, Eduardo contó que a su campo "solo viene a trabajar un peón al que contratamos hace unos 30 años" y que en los últimos meses "no hubo gente ajena trabajando, por lo que no creo que sea gente conocida o una batida de alguien que sepa como nos manejamos". La denuncia quedó radicada en la seccional de Arequito y en el lugar trabajó personal de la Policía Científica de la Unidad Regional IV con asiento en Casilda.