Hasta el 9 de mayo pasado el comisario Mariano Valdés era un desconocido. Su carrera de 26 años de servicios en la Federal se desarrolló en las áreas de Inteligencia y Antisecuestros. Pero ese día de mayo Valdés fue presentado por el jefe de la Federal, Néstor Roncaglia, como interventor de la Delegación Santa Fe tras el corrimiento de seis efectivos, entre ellos el jefe Marcelo Lepwalts.
Sus desplazamientos fueron en el marco de una investigación del fiscal federal Walter Rodríguez por su connivencia con narcos y transeros de la capital provincial. Valdés llegó acompañado con Bellagio como su segundo para "apagar el incendio". Pero esa movida produjo también corrimientos en otros destinos.
Una gran movida
El jefe del Área Rosario de la Federal, comisario mayor Gustavo Alberto Ghiglione, fue desplazado tras una investigación interna por ser supervisor de once delegaciones de la fuerza, entre ellas la de Santa Fe, aunque oficialmente se dijo que nada tenía que ver con la salida de Lepwalts y los otro cinco uniformados. El reemplazante para Rosario fue el inspector Eduardo Miguel Francescutti.
También fue pasado a disponibilidad el comisario mayor Guillermo Alejandro Guardia, superior de Ghiglione en la Región Centro de la Policía Federal, con asiento en la ciudad de Córdoba. Y el subcomisario Fabricio Miguel Geist, segundo de la Delegación Santa Fe hasta el desembarco de Valdés.
Esos movimientos afectaron a los tres federales que ayer fueron desplazados de la fuerza junto con el imputado Bellagio y que trabajaban en Rosario. Bellagio como segundo de la Superintendencia Drogas Peligrosas; Ábalos, Medina y Domenech integrando distintas brigadas.
Tras la caída en desgracia de Lepwalts y otros cinco efectivos, Bellagio fue a Santa Fe; Ábalos como jefe de San Nicolás; y Medina y Domenech fueron a Santa Fe.