La Cámara Federal de Rosario confirmó el procesamiento por lavado de activos de un narco condenado a prisión hace dos años y de sus hijos, uno de los cuales adquirió con 25 años y sin ingresos demostrables una joyería, era propietario de inmuebles y titular de una cuenta con 3,8 millones de pesos.
La decisión de la Sala B de la Cámara rosarina ratificó el fallo de primera instancia por el cual Leonardo Popea fue procesado por lavado de activos como desprendimiento de un juicio por narcotráfico en el que resultó condenado a 8 años de prisión en marzo de 2017, añadieron los informantes.
Según esa sentencia, Popea fue condenado como organizador de una banda dedicada al narcotráfico en una causa iniciada en 2013 en la que los investigadores le descubrieron una cocina de drogas en la que había 29 kilos de cocaína, 100 kilos de elementos diversos para estirar la droga y 57 litros de precursores químicos.
Como desprendimiento de ese expediente, la Justicia Federal inició una investigación por lavado de activos, en la que la Unidad de Investigaciones Financiera (UIF) es querellante. Allí también están involucrados los hijos de Popea, Alejandro Leonardo y Pablo Rodrigo, y también su pareja, Fátima Viviana Aluy, quien en primera instancia fue sobreseída aunque ahora la Cámara revocó esa decisión y la procesó.
Según el expediente, Alejandro Popea era propietario en 2013 de un Daihatsu Feroza y titular de la cuenta del Banco HSBC Bank por la que pasaron 3,8 millones de pesos entre el 21 de enero de 2011 y el 14 de marzo de 2013. Su otro hijo, Pablo Rodrigo, poseía un Volkswagen Gol, un Gol Trend y un inmueble ubicado en bulevar Rondeau 638 de Rosario.
De acuerdo a la investigación, Fátima Aluy era titular de un Ford Ka Viral y de una moto Zanella Pocket. De acuerdo a la resolución de la Cámara, "se pudo establecer que Alejandro Popea junto con su grupo familiar podrían haber realizado distintas operatorias de compraventa de automotores e inmuebles sin tener un perfil económico suficiente".
En ese sentido, cita como ejemplo "la adquisición del comercio «La casa de las alianzas»", una tradicional joyería céntrica comprada por la familiar en diciembre de 2010. Esa actividad, advirtió la UIF, posee "un elevado riesgo en cuestiones de lavado de activos".
Monotributista
Al respecto, el organismo dictaminó que Leonardo Popea no registraba actividad previa, que se inscribió en la AFIP "como monotributista en el mismo momento en el que incursionó en la actividad descripta" y que no presentaba declaraciones juradas. "Al momento de comenzar su actividad contaba con solo 25 años, resultando ser el titular, a partir de abril de 2011, es decir en solo cinco meses luego de comenzar su actividad como comerciante, de dos inmuebles ubicados en Rosario de los cuales se desconoce el origen de los fondos con los que fueron adquiridos", señala la resolución.
A la vez, explica que esos dos inmuebles "fueron vendidos con posterioridad" y que en "el primero de ellos la venta se efectuó por un monto de 127 mil dólares (553.720 pesos de entonces), cuando solo diez meses antes lo había adquirido por 132 mil pesos". La resolución destaca que "fue vendido en más de cuatro veces de su valor de adquisición, lo que configura una maniobra típica de lavado de activos".