Una agente de policía fue sentenciada a un año y cuatro meses de prisión condicional por haber ocultado pruebas en la investigación de un accidente en el que perdieron la vida dos jóvenes, Emiliano Cáceres y Facundo Aguirre, quienes se desplazaban en un Fiat Uno conducido por el hijo de la mujer y chocó contra un camión.
Esta mañana, en la sala 10 de la Oficina de Gestión Judicial del Centro de Justicia Penal Rosario, el tribunal integrado por los jueces de 1ª Instancia Patricia Billota, Gustavo Pérez de Urrechu e Ismael Manfrin condenaron a Sonia Gómez por el delito de violación de medios de prueba en carácter de autor a la pena de un año y cuatro meses de prisión de cumplimiento condicional.
La mujer, en cambio, fue absuelta por los delitos de abuso de autoridad y omisión de actos de oficios por el estricto beneficio de la duda y atipicidad.
Los magistrados fijaron, además, las siguientes reglas de conducta a ser cumplidas por la acusada: fijar residencia y someterse a control de la Dirección de Control y Asistencia Pos Penitenciaria; abstenerse de consumir estupefacientes o abusar de bebidas alcohólicas; y realizar trabajos comunitarios dos semanales en una institución educativa.
En el mismo juicio fue absuelto el policía Fabián Fantín por el delito de omisión de actos de oficios y violación de medios de prueba, por el estricto beneficio de la duda y atipicidad.
El siniestro por el que se juzgó a Gómez y Fantin ocurrió la madrugada del 22 de febrero de 2014, cuando cinco jóvenes regresaban de una fiesta en Funes en un Fiat Uno que era conducido por Federico Gómez, hijo de la policía acusada. A la altura de avenida Pellegrini y Perú chocaron contra un camión. Emiliano Cáceres y Facundo Aguirre, ambos de 18 años, perdieron la vida .
En el mismo auto iban otros dos chicos que sobrevivieron y que al declarar como testigos dijeron que Gómez iba borracho y que desoyó sus pedidos para que redujera la velocidad cuando bajaba a 160 kilómetros por hora el puente que desemboca en Provincias Unidas.
Sonia Gómez fue acusada por el fiscal Aníbal Vescovo, haciendo abuso de su autoridad, de haber violado las restricciones que hacen al límite perimetral de no acceder a la zona del siniestro sin la debida autorización de autoridad.
También se le imputó que, estando dentro de ese área restringida, se apoderado del automóvil siniestrado, dos botellas de cerveza que se encontraban en el Interior del mismo y la mochila que era propiedad de Emiliano Cáceres, uno de los chicos fallecidos, con lo cual impidió que pudiera ser material de prueba de la investigación.