Una discusión por el intento de robo de una moto a la salida de un cumpleaños derivó hace casi tres años en el crimen de Mario Ezequiel Vega, un joven de 26 años que recibió dos tiros por la espalda y luego fue rematado de un disparo en la cabeza en el barrio La Paloma de Villa Gobernador Gálvez. El crimen fue analizado en un juicio oral que cerró el mediodía de este miércoles con la condena a 19 años de prisión de Alejandro Antonio Monzón, a quien los jueces consideraron autor de esos disparos y de las lesiones causadas a un allegado a la víctima que recibió dos disparos en un brazo.
Los jueces Rodolfo Zvala, Gustavo Pérez de Urrechu y Hebe Marcogliese condenaron a Monzón, un vendedor ambulante de 33 años, a 19 años de prisión como autor de un homicidio agravado por el uso de arma de fuego, la portación ilegal de un arma de guerra calibre 9 milímetros usada en el hecho, las lesiones graves provocadas al familiar de la víctima y la tenencia de un revólver hallado en la casa de Villa Gobernador Gálvez donde fue detenido tres meses después del crimen. La fiscal Marisol Fabbro había pedido una pena levemente superior de 20 años de prisión.
El juicio comenzó el jueves de la semana pasada en el Centro de Justicia Penal. Monzón llegó acusado de matar con tres disparos a Mario Ezequiel Vega, de 26 años, y balear a Víctor Hugo G., de 20, tras una discusión a la salida de un cumpleaños. La fiscal lo acusó por los mismos delitos que le asignaron en la condena, aunque en el caso de los disparos a Víctor G. los encuadró como intento de homicidio mientras que el tribunal rebajó ese encuadre al de lesiones.
El crimen ocurrió el 27 de enero de 2018 en una fiesta de cumpleaños que celebraba en una casa de la calle 12 de octubre al 2200, en el barrio La Paloma de Villa Gobernador Gálvez. Según se reconstruyó en la investigación, Vega no estaba invitado a la fiesta pero concurrió con su novia Brenda. Monzón, en tanto, era amigo del cumpleañero y había llegado desde temprano.
En el juicio la fiscal planteó que alrededor de las 4 de la mañana Ezequiel Vega decidió irse de la fiesta para comprar bebidas y al intentar poner en marcha su moto, que estaba estacionada en la puerta, notó que el tambor había sido forzado. Mantuvo una breve discusión con Iván, el joven que esa noche festejaba sus 20 años, y decidió irse con sus amigos. En el camino buscaron a Víctor G., primo de su novia.
En un momento el joven recibió un mensaje de Iván diciendo que regresaran y se quedaran tranquilos porque sabían quién había forzado la moto. Entonces volvió a la fiesta, esta vez armado, y acompañado por su novia, su cuñado y Víctor G. Apenas llegaron Ezequiel comenzó a discutir en la vereda con Iván y con Monzón. En un momento, según la mecánica que se planteó en el juicio, Monzón se colocó detrás de Vega y sin que éste lo advirtiera sacó un arma de la cintura y le efectuó dos disparos por la espalda. Vega cayó al piso desvanecido.
El primo de su novia se acercó a brindarle auxilio y fue entonces cuando otra persona de identidad aún desconocida le efectuó un disparo en el brazo derecho. Según Fabbro, Monzón aprovechó esta situación para rematar a Vega con un nuevo disparo en la cabeza cuando ya se encontraba en el piso indefenso. Luego le quitó a la víctima el arma que no había alcanzado a usar y disparó hacia las otras personas que estaban en el lugar. “El imputado actuó en todo momento con dominio del hecho”, expresó la fiscal. También le disparó a la novia de Vega hacia los pies, sin lesionarla, cuando la chica se acercó a intentar socorrer a Ezequiel. Hubo un último disparo que le causó una grave lesión en la muñeca a Víctor G. cuando los allegados a la víctima ya se iban amedrentados de la fiesta y los demás asistentes trasladaban a Vega al baño.
Los dos heridos fueron asistidos en el Hospital Gamen de Villa Gobernador Gálvez. Allí le diagnosticaron a Vega la destrucción del cráneo con pérdida de masa encefálica, lo que le ocasionó la muerte ya en el centro de salud. La vida del primo de la víctima, con dos heridas de arma de fuego en un brazo, no corrió peligro. Pero debieron operarlo por la lesión en articulación de la mano. Estuvo inmovilizado por un yeso y le quedó alojado el proyectil bajo la piel de la muñeca, tal como exhibió al declarar en el juicio.
Tres meses después, el 10 de abril de ese año, Monzón fue apresado en Villa Gobernador Gálvez donde según la acusación alternaba su residencia entre dos domicilios que fueron allanados: uno en Comandante Espora al 100 y el otro en José Ingenieros al 100 bis. Lo detuvieron en la primera vivienda, donde se secuestró un revólver calibre 32 largo marca Smith y Wesson de seis alveolos con seis balas en su interior y la numeración limada. Monzón adujo que tenía el arma para su defensa personal. A los dos días fue imputado por el crimen y el juez Alejandro Negroni le dictó la prisión preventiva por un mes, medida que fue prorrogada hasta el inicio del juicio oral.
En el debate, tanto la novia como su primo, el cuñado de la víctima y cuatro testigos presenciales -entre asistentes a la fiesta y una vecina- declararon en el mismo sentido. El único que dio una versión diferente fue el dueño de casa, quien dijo que al momento de los disparos Monzón no estaba y que ni siquiera sabía si esa noche asistió a la fiesta porque la habían organizado sus amigos por Facebook y desconocía quiénes asistieron. Si bien no se conocen aún los fundamentos del fallo, está claro que los jueces no validaron esta versión.
El relato más contundente fue el de la novia de Vega, Brenda, quien presenció la secuencia de principio a fin. Fabbro destacó en su alegato que los relatos fueron coincidentes con los informes de los peritos y los forenses, la dirección de los disparos y otros elementos de la causa. En el lugar se secuestraron cinco vainas 9 milímetros disparadas por una misma arma que no fue hallada.
La defensa de Monzón planteó al principio que los autores del crimen habían sido integrantes de la banda de Los Palomeros, un grupo de Villa Gobernador Gálvez que ninguno de los testigos situó en la fiesta. Ya en el debate, el defensor Agustín Ferrari planteó que Monzón no fue el autor de los disparos. En la última jornada el acusado pidió declarar y reconoció que estuvo en el cumpleaños esa noche pero negó haber efectuado por los disparos por los que fue condenado.