Un testigo presencial que declaró en la causa judicial que investiga la matanza de tres chicos en barrio Moreno hilvanó la feroz secuencia que precedió al triple homicidio. Este testigo le dijo al juez Juan José Pazos que la clave estaría en el ataque a balazos contra Facundo Ezequiel O, de 17 años, herido de ocho disparos en las piernas el jueves 29 de diciembre a las 8 de la mañana.
Este atentado ocurrió en Dorrego 4002, donde vive el joven herido, dirección que está a 150 metros del club donde exterminaron a los tres chicos. Lo que agregó el testigo es que el que el que baleó a Facundo, que tiene su movilidad comprometida, fue Maximiliano El hijo del quemado Rodríguez, de 24 años.
Tanto el juez Juan José Pazos como la Unidad Regional II asumen que el triple asesinato está vinculado con el ataque a balazos que, media hora antes, sufrió Maximiliano Rodríguez en un BMW, donde estaba con su novia, en Garay y Vera Mujica, a las 3.30 del 1º de enero. Rodríguez, hasta anoche internado, recibió tres disparos que atribuyó a El Negro Ezequiel Villalba. Los tres jóvenes fueron arrasados a tiros a treinta metros de la casa de Villalba como réplica al ataque registrado minutos antes contra Maxi Rodríguez. No se sabe si confundieron a las víctimas con otros. Pero el motivo del ataque fue una acción de venganza.
Entonces, en base al testigo judicial, así se inscribe la seguidilla sangrienta: a Facundo Ezequiel O. lo balearon el 29 de diciembre en un hecho por el cual desde ayer Maxi Rodríguez está imputado de tentativa de homicidio. Ese hecho motivó que a Maxi dos motociclistas lo rociaran a tiros a las 3.30 del 1º de enero. Y tal cosa desencadenó, treinta minutos después, el triple homicidio.
Ayer fueron inhumados los restos de los tres chicos asesinados. A Jonathan Jeri Brasante, de 17 años, y Adrián Leonel Rodríguez, de 21, los sepultaron a mediodía en el cementerio La Piedad. Claudio Damián Suárez, el Mono, de 19, era veledo anoche en el barrio. Los tres fueron víctimas de una encerrona dentro de la Agrupación Infantil Oroño, un club de barrio situado en Presidente Quintana y Dorrego, a las 4 de la mañana del Año Nuevo. Los jóvenes recibieron entre cinco y ocho disparos cada uno. El movimiento social 26 de Junio asegura que las víctimas eran militantes barriales y ajenos a cualquier hecho delictivo (ver página 32).
La hipótesis sobre los hechos desarrollada en la edición de ayer se mantiene como central en la investigación: un hecho de venganza a partir del ataque a Maxi Rodríguez.
Maximiliano Rodríguez es hijo de Sergio El quemado Rodríguez, de 41 años, quien se hizo célebre el año pasado por un incidente en plena tribuna del Coloso del Parque Independencia. Fue cuando él, junto a otros simpatizantes, se rebelaron contra Diego Panadero Ochoa, sindicado jefe de la barra brava rojinegra, a quien destronaron a golpes por la espalda en una secuencia que quedó registrada en video. Los Rodríguez viven en Doctor Riva al 3200. Esto es a unas diez cuadras de la escena del triple asesinato.
A Sergio El quemado Rodríguez también la policía lo buscaba anoche a partir de un testimonio que le atribuye haber acudido al lugar donde balearon a su hijo y posteriormente en la escena de la masacre como partícipe de las ejecuciones.
Los otros buscados. Los sospechados de ser coautores del triple homicidio recaen también sobre Damián Martínez, en cuya casa el domingo se halló un chaleco antibalas, y una persona apodada Tele o Teletubi. A propósito de este último hubo una confusión. Un chico de 17 años llamado Ariel Sebastián A., al que apodan Teletubi, fue buscado por el caso. Este adolescente estuvo en el Irar hasta el viernes pasado tras ser detenido junto a su madre por el escruche de un departamento. Pero ahora la policía acepta que el Tele al que buscan no es este chico sino un individuo mayor de edad, de apellido Delgado, al que se sindica como integrante de la Banda de los Monos liderada por la familia Cantero.
El juez Pazos también ordenó que quede preso el cabo Lisandro Martín que trabajó hasta anteayer en el destacamento policial del Hospital Clemente Alvarez. Según la pesquisa este suboficial omitió registrar que Maximiliano Rodríguez estaba internado con heridas de bala en el Heca, lo que dificultó avanzar en el esclarecimiento inicial del hecho. Por eso pasó a disponibilidad.
Fuentes policiales remarcaron ayer que esta mayúscula secuencia de sangre tiene que ver con disputas al interior de la barra brava de Newell's. Eso habría desatado el primer acto de la secuencia que fue el ataque contra Facundo O. El gobernador Antonio Bonfatti y el ministro de Seguridad de la provincia, Leandro Corti, mencionaron al narcotráfico como problema de fondo al hablar específicamente de este caso (ver aparte). Varios de los señalados en el hecho, en efecto, están implicados o mencionados en comercialización de drogas.
“El quemado”, con captura
El juez que investiga el caso de los tres jóvenes masacrados a balazos el domingo a la madrugada ordenó la detención de Sergio Gustavo El quemado Rodríguez, un barra brava de Newell’s Old Boys que es padre de Maximiliano Rodríguez, este último detenido bajo sospecha de ser uno de los coautores del triple homicidio en el barrio Moreno. Fuentes tribunalicias confirmaron que el magistrado tomó la decisión por la mañana porque Rodríguez padre está sospechado de ocultar aparatos de comunicación que servirían como prueba del delito. Pero a la tarde tuvo un motivo de mayor peso: un testigo aseguró que Rodríguez padre, de 40 años, fue uno de los que estuvo en el lugar de la matanza e incluso señaló que tuvo participación en ella. Hasta anoche estaba prófugo.
Ayer por este caso declaró a nivel judicial Maxi Rodríguez, su hijo, que permanecía en situación estable pese a tener tres heridas de bala: en cuello, omóplato y hombro. Le contó al juez que iba en el BMW en compañía de dos mujeres cuando una moto con dos personas se le pusieron a la par y el que iba de acompañante empezó a disparar. Aseguró que tras ser herido lo llevaron al Heca.
El abogado Carlos Varela, defensor de Maximiliano Rodríguez, sostuvo ayer que su cliente “está hospitalizado con tres balazos y es claramente una víctima de un hecho delictivo”.
La pieza fundamental de la investigación la aportó una casualidad: en el interior del BMW, entre la sangre y las vainas de balas, se encontró un curriculum a nombre de Sofía L. Esta chica es la novia de Maximiliano y a partir de los interrogatorios surgieron elementos que contribuyeron a aclarar lo ocurrido.