Un desarmadero clandestino donde se acopiaban cientos de autopartes no registradas fue clausurado en San Lorenzo en el marco de una investigación que busca determinar la conexión entre esa actividad y grupos delictivos sospechados de cometer robos y atracos en el Cordón Industrial. Por el caso hubo tres demorados y la Fiscalía de San Lorenzo ordenó peritar cientos de piezas secuestradas que no tenían el estampillado oficial para determinar su origen.
Las tareas de inteligencia de la Policía de Investigaciones (PDI) San Lorenzo puso al descubierto lo que puede ser el vértice en el que se sostiene la estructura de algunas bandas: la utilización de vehículos híbridos ensamblados y enmascarados con autopartes de dudosa procedencia para cometer delitos.
Ese artilugio no sólo los recubre de impunidad y los camufla, sino que con el hecho consumado resulta un escollo para los investigadores detectarlos, ya que se les dificulta identificar el vehículo fantasma con fotos, filmaciones o incluso testimonios que se acopian como evidencia con el fin de esclarecer cada caso.
Con el objetivo de atacar ese aspecto, la PDI desplegó una serie de acciones en torno a un galpón ubicado en la intersección de las calles Luis Braille y Batería Libertad, en San Lorenzo. A ese lugar, que trabajaba a puertas cerradas, llegaron los agentes luego de que el 21 de noviembre avistaran salir una Volkswagen Amarok con un balancín repleto de chatarras.
El vehículo fue observado en un camino rural de Fray Luis Beltrán, donde los vecinos contaron que era habitual que descarten repuestos. Con esa pista y tareas de inteligencia, se determinó que la camioneta provenía del taller clandestino de San Lorenzo donde cortaban los autos y luego desechaban las partes inútiles.
La coordinación de la investigación cotejó que sólo existen dos desarmaderos habilitados en la zona de San Lorenzo y Puerto San Martín que reúnen los requisitos de la ley 25.761 que regula la actividad, por eso se profundizó el seguimiento en torno al galpón.
De acuerdo a la pesquisa tres personas administraban el lugar dos o tres veces por semana.
Camión cargado
El día que el fiscal Maximiliano Nicosia solicitó las órdenes de allanamiento, los agentes de la PDI se toparon con un camión con volquete listo para trasladar un montón de autopartes. El rodado fue interceptado por la comisión policial en la ruta 11 camino a Fray Luis Beltrán, donde se procedió a identificarlo. Se constató que el volquete llevaba gran cantidad de autopartes similares a las secuestradas en el inicio de la pesquisa.
Allanamiento
Así las cosas se allanó el galpón y se secuestraron dos IPhone, un carro de chapa para transporte de caballos, cajas de dirección, amortiguadores, palancas de cambios, resortes para amortiguadores, torpedos de ventilación, turboventiladores, mazas de freno,burros de arranque, asientos delanteros, radiadores de aire acondicionado, espejos retrovisores, guardaplast, asientos traseros, tanques de combustible, paneles de puertas, tableros, paragolpes, ópticas, volantes, un motor Fiat, otro Citroën, ruedas armadas, cubiertas usadas, cajas de cambios, llantas de chapa, silenciadores, una luneta tapa de baúl de Citroën C4, una tapa baúl de Fiat Siena y un bolsón con instalaciones eléctricas entre otras partes. Además se resguardaron herramientas de corte como una sierra, una amoladora, una maquina de soldar, una cortadora y documentación como facturas de volquetes y trozos de metal con números identificatorios.
Durante el procedimiento fueron demorados los hermanos Nicolás V. de 27 años; Fernando Miguel V., de 36; e Iván V., de 17 años, todos con domicilio en Rosario.
Si bien los demorados fueron liberados porque en principio apenas se constató una falta y tampoco los autos incautados tenían relación con los robos investigados, resta conocer el resultado de las pericias de los cientos de autopartes secuestradas para determinar si tienen origen ilícito, como la sustracción de vehículos.
El fiscal Nicosia indicó que la investigación se inició ante la dificultad de identificar autos sospechados de participar en entraderas y escruches, pero al final se terminó desbaratando el desarmadero. Lo más sospechoso es que los cortes están hechos en los códigos identificatorios de seguridad que traen de fábrica, lo cual impide conocer su origen.Según el fiscal, estas investigaciones "permiten conocer el circuito y la dinámica que tienen algunas bandas para abastecerse de autos con los que realizan delitos, los que luego cuesta identificar porque son rearmados y con patentes apócrifas".