Mataron a El Gringo Marcatelli. Fue en los primeros minutos del domingo pasado, cuando conversaba con amigos en la puerta de su casa de San Nicolás, en inmediaciones del santuario a la Virgen del Rosario de esa ciudad bonaerense. Le metieron cinco balazos a quemarropa y murió poco después en el hospital San Felipe. Así terminó la vida de un peso pesado del hampa que actuó en el norte de Buenos Aires y extendió su accionar hasta Rosario y el sur santafesino. Tenía 43 años y era un cañero viejo, como suelen definir los policías a los hampones de armas llevar. En su historial quedará un sinnúmero de hechos delictivos, condenas judiciales, fugas de película y sospechas de los pesquisas, que le echaban el ojo ante cada robo de importancia cometido en la zona.
Cuando sólo había transcurrido media hora del domingo 10 de abril, José Omar Marcatelli se hallaba en la puerta de su vivienda nicoleña. Entonces, sorpresivamente, llegó una moto con dos hombres a bordo. Uno de los ocupantes del rodado, sin mediar palabras, abrió fuego contra El Gringo y el hombre, que lucía un dragón tatuado en uno de sus brazos, no tuvo tiempo de reaccionar. Recibió cinco plomos en el costado derecho de su cuerpo. Para los investigadores de la Dirección de Investigaciones de San Nicolás no quedan dudas de que fue un ajuste de cuentas por la modalidad del hecho, la cantidad de balazos, el pesado nombre de la víctima y su historial. Lo que le resta investigar a la fiscal Verónica Marcantonio, a cargo de la pesquisa, es quién fue el autor del crimen y por qué lo hizo.
Historia delictual. El apellido Marcatelli fue sinónimo de un hampón duro y templado de uno y otro lado de las rejas. Había caído varias veces y otras tantas se levantó para volver a delinquir. Cumplió condenas en prisiones de la provincia de Santa Fe y de Buenos Aires. Las cárceles de Coronda, Las Flores, Junín y San Nicolás, supieron de su paso. Además, escapó al menos un par de veces de los encierros en forma espectacular.
No siempre anduvo solo en sus negocios. Fue socio de otros pesados del hampa, tal el caso de Amadeo Guillermo El Perro Massara, abatido por la policía al intentar robar un laboratorio de Cullen al 900, en la zona oeste de Rosario, el 22 de diciembre de 2007; y de Jorge Nene Moreno, muerto el 24 de diciembre de 2009 en el kilómetro 121 de la autopista a Buenos Aires, a manos de su propia banda.
Cuesta hallar el inicio de la historia delictiva de El Gringo . Ya en 1995 había caído acusado de ser parte de una banda que cometió asaltos en las localidades santafesinas de Máximo Paz y Pavón Arriba y en una agencia de turismo de Arroyo Seco. Pero si esa búsqueda se limita a la última década, una catarata de hechos surgen como si nada.
En agosto de 2002, Marcatelli fue preso junto a Massara acusados de robar 400 mil pesos de un blindado que se estacionó frente a la sucursal del Banco Bersa de Corrientes al 300, en el centro rosarino. Pero obtuvo falta de mérito y volvió a la calle.
En marzo del año siguiente, ambos compinches volvieron a ser detenidos. Fue por robar 11 mil pesos y 1.070 dólares de una mutual de la localidad de Cañada Rica, 70 kilómetros al sur de Rosario, el 7 de enero de 2003. Aquel episodio terminó de manera trágica para la banda. Cuando huían en un Volkswagen Polo por caminos rurales y seguidos de varios patrulleros, hubo un tiroteo en el cual murió Rodrigo Oscar Sánchez, cómplice de Marcatelli.
Se escapó. Por ese último hecho, Marcatelli y Massara fueron alojados en la seccional 1ª de Ramallo. El Gringo se fugó, presuntamente con la ayuda de algún uniformado, y Massara se encontró tras las rejas con viejos enemigos que le propinaron un brutal ataque. "Le dieron 22 puñaladas, le sacaron los dientes a golpes, le quebraron las muñecas y los nudillos de las manos", comentó un vocero. "Fue una vendetta, nadie los quiere en el hampa nicoleño", explicó.
Dos días después de evadirse de la comisaría, Marcatelli fue hallado por la policía rosarina. Se aguantaba en una vivienda de Necochea al 4200, corazón de Tablada, donde dormía con una escopeta debajo del colchón.
Algunas fuentes nicoleñas aseguran que en 2007 ya estaba en la calle nuevamente y lo apresaron en San Nicolás cuando escapaba a bordo de un camión con herbicidas que había robado y se tiroteó con la policía. Por la misma época, los conocedores de la historia del hampón lo ubican en el atraco a una joyería de Arroyo Seco y a un financiera de Villa Constitución que le deparó a los ladrones un botín de 200 mil pesos. Y en agosto de 2008 estuvo detenido en su ciudad natal, tras balear a una adolescente de 17 años.
El aura de estar. El 7 de marzo pasado, en tanto, la policía de Villa Constitución persiguió a un Volkswagen Suran con dos ocupantes que había ingresado a la provincia tras asaltar un camión en la localidad bonaerense de General Conesa. En jurisdicción de J. B. Molina el auto volcó y los dos tripulantes murieron. Uno era Claudio Fernández y el otro Mariano Falcón, ambos de 35 años y oriundos de San Nicolás. Para la policía, eran parte de la banda de Marcatelli. En el auto llevaban un fusil FAL cargado con proyectiles de teflón (que perforan los chalecos antibalas), un cargador con 6 cartuchos y otro en la recámara del arma listo para disparar además de una pistola Bersa 9 milímetros. En el asalto al camión, otro auto con delincuentes logró fugar y los investigadores evaluaron la presencia de El Gringo a bordo de ese vehículo.
Los últimos registros de Marcatelli lo traen a Rosario hace poco más de un mes. Su nombre estuvo investigado por la policía como uno de los presuntos autores del atraco al tesoro del banco Credicoop de Santa Fe al 1000, ocurrido el 11 de marzo. Entonces, al menos cinco maleantes (entre los que había un ex policía) se llevaron 2,7 millones de pesos. Sin embargo, aquel día los maleantes actuaron con prendas de mangas cortas y en los videos donde quedaron registrados no se ve el rasgo distintivo de El Gringo: un dragón tatuado a lo largo de uno de sus brazos.
Incluso, en la mesa de investigación de dos hechos trascendentes de los últimos meses su nombre volvió a ser analizado como parte de una banda mixta (delincuentes y policías) que actúa en el norte bonaerense y el sur santafesino. Esos episodios fueron el frustrado asalto a un camión del Banco Provincia de Buenos Aires sobre la ruta Panamericana, cometido el 23 de noviembre pasado, hecho en el que fueron asesinados dos policías nicoleños que custodiaban el blindado; y en el atraco que sufrió el presidente del frigorífico FinLar sobre la autopista Rosario-Santa Fe el 25 de noviembre, cuando dos autos interceptaron el paso del vehículo en el que viajaba el empresario con el ex policía Julio Mariño, a quien mataron de un disparo de fusil FAL en la nuca cuando intentó repeler el robo de una importante suma de dinero. Sin embargo, nada llevó a los pesquisas a vincular a El gringo con esos sangrientos episodios.
Mito
“El tipo aparecía en la investigación de todos los hechos importantes que ocurrían en el sur de Santa Fe o el norte de Buenos Aires. Siempre que nos reuníamos para analizar algún caso grueso se hablaba de la banda de El Gringo y mucho de eso se filtraba a la prensa. Así se fue alimentando un mito”, recordó un pesquisa rosarino.