Por primera vez en cuatro meses de investigación, la hipótesis de que el
homicidio del dirigente Abel Beroiz fue ordenado por opositores al interior del Sindicato de
Camioneros de Santa Fa se plasmó en una medida concreta: el ex delegado Juan Carlos
Dell’Arciprete quedó preso ayer al mediodía, cuando la policía fue a buscarlo al Exreso El
Impala, donde trabaja desde que el mismo Beroiz lo desplazó de su lugar en la comisión directiva de
la filial de Casilda. Está sospechado de intervenir en los dos polos del crimen por encargo: sería
uno de los autores intelectuales y también habría colaborado en la materialidad del delito.
Dell’Arciprete era delegado del sindicato y desde los primeros tramos de
la investigación fue mencionado como uno de los sospechosos. La Brigada de Homicidios lo apresó a
las 11 de ayer en Arijón al 800, a media cuadra de su trabajo, cuando subía a su Peugeot 206. Quedó
detenido en la alcaidía de Jefatura, incomunicado.
La orden de detención había sido librada por el juez Osvaldo Barbero en el
transcurso de la semana, pero hasta ayer no habían podido ubicarlo. La policía estableció un puesto
de vigilancia cerca de la transportista y allí lo interceptaron. También allanaron su casa y
domicilios de allegados. Secuestraron documentación que aún debe ser analizada pero no encontraron
armas ni otros elementos de relevancia para la causa.
La llamada. Un elemento técnico involucra a Dell’Arciprete desde los
primeros tramos de la investigación: la llamada que el día después del crimen partió de su celular
al de un primo de Raúl Oscar Flores, el confeso autor material del crimen de Beroiz, quien fue
asesinado de ocho puñaladas y tres balazos el 27 de noviembre pasado en el estacionamiento del
ACA.
Dell’Arciprette afronta una imputación similar a la que el martes pasado
le leyeron a Julio César Jerez, un gestor acusado de actuar de intermediario entre los instigadores
y los sicarios: la de haber participado en la planificación, la provisión de elementos, la
estrategia y el pago a los asesinos. Pero además, los investigadores sostienen que algún interés
propio pudo moverlo a intervenir también en el plano intelectual del delito.
El defensor del gremialista, Daniel Terani, estuvo ayer en los Tribunales para
acompañar a Dell’Arciprete en la indagatoria. Pero el acto se postergó hasta mañana, cuando
el ex delegado gremial se sentará ante el juez.
En la puerta del tribunal, el abogado dijo a La Capital que en reiteradas
consultas en el juzgado le respondieron que su cliente no estaba comprometido, por lo que se
decidió que no comparezca espontáneamente.
El trasfondo. Para los investigadores, el crimen fue ordenado por sectores
opositores a Beroiz que querían ocupar su lugar al frente del Sindicato de Camioneros. Beroiz,
quien además era mano derecha de Hugo Moyano como tesorero en la Federación Nacional, no daba
muestras de pretender dar un paso al costado en la organización sindical que en dos meses más
tendrá sus elecciones. El grupo opositor, según información que consta en la causa, se reunía en la
zona sur de Rosario agrupados en la Lista Verde, con la intención de enfrentar al histórico
dirigente en esos comicios. Ese grupo, dicen, era liderado Raúl Luna, el ex secretario adjunto de
los Camioneros.
Las otras detenciones se fueron dando en cadena. Primero cayó Flores, quien tras
cuatro meses prófugo confesó haber cometido el crimen por encargo. Luego fue apresado Juancito, un
menor de 15 años que admitió haber acompañdo al asesino. Julio César Jerez, un gestor que habría
actuado de intermediario entre los homicidas y los instigadores, fue detenido el martes. Y un día
después fue arrestado Hugo Ricardo Bustos, un tío de Flores que habría participado de las reuniones
para organizar el asesinato. En tanto, la madre del menor está acusada de encubrimiento, al igual
que un primo y la mujer de Flores.
Quién es. Según elementos del expediente, Juan Dell’Arciprete habría
integrado la incipiente organización opositora a Beroiz. Fue responsable de la delegación de los
camioneros en Casilda pero terminó su labor luego de que Beroiz le suspendiera la licencia gremial
por la presentación de tickets por gastos excesivos. Continuó cumpliendo funciones acotadas en esa
seccional, pero pocos meses después regresó a Rosario a su trabajo como chofer en El Impala y
conservó su función de vocal suplente en el gremio.
Además, según fuentes gremiales, Dell’Arciprete estuvo presente en un acto
en Rafaela, en diciembre de 2005, donde se tomó la foto de Beroiz que luego emplearon para
reconocerlo los homicidas, quienes olvidaron la imagen en la escena del hecho.
Cuando sus nombres comenzaron a sonar en el caso, Raúl Luna pidió licencia en el gremio y
también la requirió respecto de Dell’Arciprete y del delegado en San Lorenzo, Alejandro
Lázzaro. En una entrevista con este diario, Luna negó el jueves integrar una lista opositora a
Beroiz y desconocer a los otros cuatro detenidos por el caso.