Durante la mañana y la tarde del jueves se realizó una nueva audiencia en el marco del juicio oral a 19 policías de la provincia acusados de participar de la desaparición forzada seguida de muerte de Franco Casco, ocurrida en octubre de 2014. En ese marco declaró la médica forense Virginia Creimer, perito de parte del Ministerio Público Fiscal, quien indicó que el joven oriundo de Florencio Varela pudo haber sufrido una muerte violenta por asfixia y que su cuerpo fue arrojado al río Paraná cuando ya estaba sin vida. La declaración generó más polémica en un debate partido por dos teorías, una que sentó en el banquillo a los policías y la otra, de parte de la defensa, que sostiene que se trata de una "causa armada".
La perito declaró en la jornada de este jueves por haber participado de la re-autopsia en mayo de 2015 sobre el cadáver de Franco Casco, que había sido hallado en el río Paraná a fines de octubre de 2014 luego de estar detenido en la comisaría 7º de Rosario y desaparecido durante 25 días. En ese sentido, ante los jueces Otmar Paulucci, Ricardo Vázquez y Eugenio Martínez, la especialista indicó que Casco sufrió una muerte violenta por asfixia.
En mayo de 2015 Creimer participó de la re-autopsia como subdirectora adjunta del Ministerio Público Fiscal de la Nación. En aquel entonces, en las consideraciones médico legales preliminares, sostuvo que por el "estado avanzado de putrefacción y los procesos propios del tiempo sobre el cadáver más el agravante de haberse encontrado sumergido", se impedía un diagnóstico de certeza por lo cual no surgían "suficientes datos como para expedirse con rigor científico sobre las causales de la muerte".
En ese mismo documento sostuvo que "debería concluirse" que Franco Casco ya estaba sin vida al momento de la sumersión en las aguas del Paraná. Además indicó que las fotos del momento de la extracción del cadáver, en las que se veía que el mismo tenía sogas en un brazo y una pierna, "hacen presumir que el cuerpo fue retenido bajo el agua sujeto a un elemento de peso que impidiera el proceso habitual de flotación de un cuerpo en estado de descomposición".
"La muerte de Franco es violenta"
En diálogo con el programa Trascendental por LT8 la perito Virginia Creimer explicó su declaración en la audiencia del jueves. "La muerte de Franco es violenta, se produce por una asfixia, a raíz de los elementos anatomopatológicos encontrados. Hubo lesiones en carácter de torturas, como las microfracturas en el maxilar superior, que fueron evaluadas en la morgue de Nación por la jefa del servicio de odontología forense", sostuvo.
"Esas fracturas aflojan los dientes y se van perdiendo post-mórtem, pero son fracturas vitales, es decir producidas en vida", agregó. En ese sentido indicó que esas conclusiones coinciden con los testimonios de las personas que estaban detenidas en la comisaría 7º al momento del paso por Franco Casco por esa seccional. "Ellos escuchan los golpes, los llantos y gritos de Franco. Situación que yo compruebo mediante análisis periciales con la presencia del fiscal y personal de Gendarmería, donde se escuchaba perfectamente los ruidos de voces bajas, medias, altas, gritos y golpes contra la pared desde un lugar a otro donde se encontraban las personas detenidas", sostuvo Creimer.
Polémica
La declaración de la experta generó polémica y continuó partiendo las aguas en un debate que tiene dos teorías sobre lo que sucedió con Franco Casco en octubre de 2014. La parte acusatoria y las querellas en representación de los familiares de la víctima aseguran que el joven de 20 años fue detenido el 6 de octubre, asesinado bajo tortura en circunstancias que todavía no pudieron esclarecerse y que luego su cadáver fue desaparecido hasta que salió a flote y lo hallaron en el río Paraná. La defensa de los 19 policías que llegaron a juicio aseguran que el joven fue detenido el 7 de octubre de aquel año y liberado ese mismo día, y que sus defendidos no participaron ni en la muerte ni en la desaparición del cuerpo.
Guillermo Campana, parte de una de las querellas, sostuvo que Creimer planteó cómo se categorizan las muertes y que dentro de las consideradas violentas aparecen distintos tipos de muertes por asfixia. "Al no haber presencia de plancton lo que determinó es que no se murió ahogado con agua del río Paraná. Y por la forma en que se presentaron las lesiones en los pulmones entiende que no se trata de una asfixia por sumersión sino de una asfixia seca", analizó Campana acerca de la declaración de Creimer.
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Acerca de las sogas que tenía el cadáver de Franco Casco, lo que consta en fotografías, hay dos puntos de vista: que el cadáver pudo haber sido fondeado para evitar su salida a la superficie, o que la utilizaron los miembros de la Prefectura que una vez hallado el cadáver lo arrimaron a la costa mediante la sujeción a sogas. En ese sentido el querellante indicó: "Creimer dijo que en el brazo se observó un proceso de maceración que no podría estar presente en el caso de que hubiese sido una soga recién colocada a los fines de la extracción. Nadie pudo corroborar que se utilizaron sogas para extraer el cuerpo, otra cosa es que hayan utilizado las sogas que tenía el cuerpo, pero los testigos de actuación (a su momento de declarar) dijeron que no se acordaban de nada".
Sobre las conclusiones de la perito en relación a la "muerte violenta" de Casco, Campana analizó: "Ella plantea una muerte violenta porque Franco estuvo sometido a tratos violentos, está corroborado en la pérdida de dientes por golpes y hay tomas de testigos detenidos como elementos a incluir". "La causa de la muerte es indeterminada porque no se puede concluir cuál fue el hecho concreto que produjo la muerte", agregó.
De la otra parte del debate, la defensa del comisario Diego Álvarez, Antonela Travesaro, analizó que en su declaración Creimer "paseó por un montón de teorías, mientras más declaraba más contradicciones había". "En lo que respecta a la causa de muerte si bien ella firma como causa de muerte indeterminada al momento de la re-autopsia, ahora viene a decir que se trató de una muerte violenta", continuó la abogada.
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"Ahí empiezan las contradicciones porque dice que se trató de una asfixia, pero no de una asfixia por sumersión sino por algún otro tipo de asfixia", agregó Travesaro. Durante la audiencia, según comentó la letrada, se reprodujo un fragmento de una entrevista radial en la que Creimer sostuvo que Franco había caído al Paraná con vida. "Ahora dijo que no, que ya cayó muerto, para después decir que podría caber la posibilidad de que lo hayan ahogado en un tanque de agua que había en la comisaría", indicó Travesaro. Esa posibilidad surge porque las diatomeas (algas típicas de la región) halladas en el organismo de Casco podría deberse al contacto con el agua potable de la zona.
En relación a las sogas halladas en el cadáver de Casco la letrada asegura que se trató de un elemento utilizado por las personas encargadas de retirar el cuerpo. A diferencia de las querellas sostiene que eso quedó demostrado durante el debate. "Cuando se hace allanamiento en la seccional en la cual ella (Creimer) participa, se secuestra una soga, pero después la pericia determina que no es la misma soga que se encuentra en las fotos, que son las que utiliza prefectura para sacar el cuerpo", explicó Travesaro.
Nombre y roles
Al llegaron acusados 17 policías de la comisaría 7ª y dos de la Dirección de Asuntos Internos. El delito más grave recae contra el jefe Diego Alvarez y los agentes Cecilia Contino, Walter Benítez y Fernando Blanco, quienes están imputados por desaparición forzada seguida de muerte y por la aplicación de torturas a la víctima.
Les siguen César Acosta, Guillermo Gysel, Cintia Greiner, Rocío Hernández, Marcelo Guerrero, Enrique Gianola Rocha y Esteban Silva, procesados por desaparición forzada seguida de muerte. Por la participación secundaria en este mismo delito están imputados Elisabeth Belkis, Franco Zorzoli, Rodolfo Murúa, Walter Ortiz, Romina Díaz y Ramón Juárez. En tanto que los policías Pablo Síscaro y Daniel Escobar, de Asuntos Internos, están acusados de encubrimiento.