Carlos Gabriel Galván, de 24 años y apodado "Damas Gratis", deberá pasar los próximos 14 años de su vida tras las rejas después de que un tribunal de primera instancia lo declarara culpable del homicidio de Milton Leandro Vechiarello, un pibe de 17 años que recibió un disparo en la cabeza a la salida de una fiesta en abril de 2015 en el barrio Tío Rolo.
La sentencia, rubricada por los jueces Marian Aliau, Isabel Más Varela y Silvia Castelli, se conoció ayer a la tarde en el cierre de un juicio oral y público en el cual la fiscal Marisol Fabbro había pedido una pena de 20 años de cárcel para el imputado, al que además del crimen le achacó la portación de un arma de guerra y el robo de la moto de la víctima, acusaciones que finalmente fueron desestimadas y por ello bajó el monto de la pena. En tanto, la defensa del acusado, a cargo de Julia Fantín y Germán Mahieu, solicitó la absolución de culpa y cargo por beneficio de la duda y falta de pruebas en contra de su cliente.
El crimen de Vecchiarello había empezado a ventilarse en audiencias públicas el pasado 27 de junio y tras el desfile de 25 testigos citados por las partes, concluyó ayer con el dictado de la sentencia en una sala a la que acudieron algunos familiares del acusado y de la víctima.
En su alegato inicial, la fiscal Fabbro sintetizó el hecho ocurrido a las 5 de la mañana del 5 de abril de 2015 en barrio Tío Rolo "cuando el acusado, de 24 años, se presentó en Pasaje 2106 al 7804 donde había una fiesta". Y al advertir la presencia de Vechiarello "extrajo un arma calibre 9 milímetros y le disparó en varias oportunidades".
"El disparo que le ocasionó la muerte a Milton fue el que Galván le dio en la cabeza, sin mediar advertencia alguna, a quemarropa, para luego retirarse en la moto Wave color bordó propiedad de la víctima", sostuvo la fiscal.
La funcionaria también puntualizó que esa mecánica iba a ser descripta por Brian V., un amigo de Milton que estaba con él al momento del crimen y resultó herido por disparos efectuados por otro tirador que no fue acusado en este caso y que contó lo ocurrido en la audiencia del lunes pasado. En tanto, también fueron relevantes para sostener la acusación fiscal, los dichos de Alan y Hugo Vechiarello, hermano y abuelo de Milton, quienes fueron "testigos de oídas que señalaron a Carlos Galván como responsable del homicidio".
Galván cayó apresado el 11 de abril de 2017, dos años después del homicidio, en el marco de allanamientos que se hicieron por otras causas en una vivienda de pasaje Medina al 6900. No obstante, el muchacho ahora condenado ya había sido buscado el 9 de abril de 2015 en esa misma casa, pero no lo encontraron. Y tras su caída, la policía volvió a ese domicilio y realizó una requisa ordenada por el fiscal Adrián Spelta, que buscaba por otros delitos a un tío del acusado. Allí se encontró una nota que vinculaba a Carlos Javier Galván con el asesinato. Según los investigadores, en esa esquela el joven le sugería a su tío sobornar al principal testigo del hecho para que no lo incrimine.
Por su parte, la defensa de Galván volvió a reclamar ayer la absolución de su cliente al señalar como en los alegatos iniciales que "no se puede negar que existió un hecho reprochable, como es la muerte de un joven, pero creemos firmemente en la inocencia de nuestro defendido, quien no disparó contra la humanidad de Vechiarello".
Falta de contundencia
Asimismo sostuvieron que los testigos que hablaron ante el tribunal "no fueron contundentes" y que "ninguno de ellos fue visto en el lugar del hecho ni vio lo que pasó. Ni siquiera el testigo estrella de la Fiscalía vio dispararle a Milton, por lo que consideramos que es inocente y ratificó que se lo absuelva de culpa y cargo.
No obstante, los jueces hallaron a Galván culpable de los delitos de homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego dictando una pena de 14 años de cárcel, mientras que lo absolvieron por los delitos de portación de arma de guerra sin la debida autorización legal ante el desistimiento de la Fiscalía y también del robo calificado por el uso de arma de fuego por aplicación del principio de la duda.