Cuando no habían transcurrido más de cinco horas del homicidio a sangre fría de una mujer de 54 años ejecutada de siete disparos en la puerta de su casa del barrio Saladillo, otro hecho violento y con aroma a venganza sacudió la medianoche rosarina del miércoles. Fue en la zona sudoeste, donde un joven de 25 años fue asesinado frente a su mujer y una beba por un sicario que le disparó desde un auto sin mediar palabras. Los investigadores no descartan que ambos episodios se vinculen, como una secuela derivada de la muerte de un reconocido hincha de Newell's baleado el 7 de junio último en la puerta principal del club del parque Independencia.
En la seguidilla de crímenes y ajustes de cuentas que conmocionan casi a diario a la ciudad, los investigadores no son ajenos a la maraña de nombres propios y motivaciones que pueden dar una explicación razonable a esos hechos.
Venganzas, problemas personales y pujas por el manejo de las barras bravas de los clubes locales parecen confluir y tener como telón de fondo el intrincado mercado del tráfico y comercialización de drogas.
En ese encadenamiento no tal lineal parecen inscribirse las dos últimos muertes en Rosario en menos de seis horas: el de Nora Graciela Oroño, de 54 años y asesinada en la puerta de su casa de Regimiento 11 al 87 bis cuando salió a atender la puerta y un desconocido la ejecutó de al memos siete disparos (ver aparte), y el de Jonathan Alexis Rosales, de 26 años, asesinado frente a su familia cera de las 23 del miércoles en Padre Giaccone al 1400 (Paraguay al 6100), en la zona sur de Rosario.
Desde un auto. De acuerdo a las primeros datos aportados por fuentes policiales y ratificados ayer por el fiscal Pablo Pinto en rueda de prensa, Jonathan fue atacado mientras caminaba junto a su joven mujer, Brisa O., de 18 años, y la beba de ambos, de 8 meses.
Cuando llegaban a Padre Giaccone al 1400 apareció un auto, se presume que podría ser un Volkswagen Gol color negro y con dos personas a bordo. Según la versión aportada por la chica el vehículo hizo una maniobra que los encerró y la pareja junto con el bebé terminaron cayendo en una zanja.
Sin mediar palabras ni descender del vehículo, quien iba sentado como acompañante sacó su mano por la ventanilla del lado del conductor y efectuó varios disparos de arma de fuego contra la familia. Rosales se llevó la peor parte, con múltiples heridas de bala que le ocasionaron la muerte de forma inmediata.
Su mujer, en tanto, sufrió un disparo en una pierna y fue llevada por familiares hasta el hospital Roque Sáenz Peña, mientras que el bebé milagrosamente resultó ileso. En tanto, los agresores huyeron sin dejar rastros.
Pocas pistas. Sobre las motivaciones del ataque no hay demasiadas pistas, aunque surgieron algunos datos que la Fiscalía de Homicidios entrecruza con nombres propios de otros casos recientes aunque los mantiene en estricta reserva para "no entorpecer la pesquisa".
Respecto a una versión que circuló a primera hora y daba cuenta de que la pareja se movilizaba en una moto, el fiscal lo descartó. "Tuvimos oportunidad de entrevistar a la chica herida y ella relató que iban caminando cuando fueron atacados, y no reconoció a los agresores. Eso sin perjuicio de que surjan datos en entrevistas más profundas".
En ese sentido, se pudo constatar en Tribunales que Rosales tiene causas de febrero y mayo de este año por tenencia de arma de fuego, detenido en flagrancia, y amenaza en la vía pública contra un hombre identificado como Carlos P., causas que terminaron desestimadas. Además, no registra antecedentes condenatorios en el sistema penal escrito que rigió hasta febrero de 2014.
Al ser consultado sobre la posible vinculación de ese homicidio con el de Nora Oroño, ocurrido una cinco horas antes, Pinto no lo confirmó ni lo descartó. "Estamos trabajando para ver si existe con ese crimen u otros hechos violentos", deslizó cuidadosamente el funcionario.
Silencio familiar. Fuentes cercanas al crimen de Rosales indicaron que hay un elemento que resulta inquietante y marca una tendencia: la familia de la víctima está reticente a colaborar con los investigadores. E hicieron un análisis recurrente en los últimos tiempos en Rosario: no se puede descartar que sean ajustes de cuentas por temas de drogas, disputas por la interna en la barra brava de Newell's Old Boys, o que toda esa trama esté entrelazada.
En ese sentido, y para sostener o diluir esas hipótesis, será valioso el cotejo con anotaciones de otras investigaciones en curso por hechos recientes, como el de Matías Hernán Franchetti, el reconocido barrabrava leproso identificado como "Cuatrerito" y asesinado por dos personas, ya detenidas, de ocho disparos en la puerta del club del parque independencia el 7 de junio pasado.