Brian C. tiene 14 años y su primera salida nocturna resultó tan cruenta como
absurda. Fue apuñalado en un boliche del microcentro rosarino durante una reyerta que
protagonizaron un grupo de jóvenes. Hasta anoche, ni la policía ni los familiares del adolescente
pudieron precisar los motivos de la gresca. Lo cierto es que el chico recibió dos cuchilladas en la
espalda y fue internado en el Hospital del Centenario.
El sábado, Brian concretó uno de sus deseos: ir a bailar a
una discoteca. Pero su madre, Silvia Coradis, de 37 años, decidió que no fuera solo porque todavía
"es chico". Entonces ella y su pareja, Luis Molina, de 23 años, lo acompañaron.
Fueron hasta un boliche de Entre Ríos al 1000, pero el
local había sido clausurado por la Municipalidad. Entonces, el dueño del lugar les ofreció
llevarlos a Lemon Club, un boliche situado en España al 800.
Hasta allí, en un utilitario, fueron el adolescente junto a
su mamá y su pareja. Ellos creían que la discoteca era un sitio tranquilo, pero poco después
comprobarían que se habían equivocado: "En el local reinaba el descontrol", dijo Silvia.
"En un momento mi marido fue al baño y vio a varios pibes
que se estaban dando con merca y otros muchachos armaban porros y fumaban cerca nuestro", comentó
la mujer.
Batahola. Ya eran las 3 del domingo. Silvia y Luis bailaban mientras Brian
también lo hacía en el centro de la pista. Fue entonces que la madre del chico y su compañero
quedaron atrapados en medio de una gresca. Gritos, corridas y avalanchas dominaron la escena. A
duras penas, la pareja logró alejarse de la trifulca y entonces distinguieron la silueta de Brian
caminando desorientado y envuelto en sangre. Le habían asestado dos puñaladas en la espalda, una de
ellas "profunda", y le habían provocado dos cortes: uno en una oreja y otro en la cabeza.
Malherido, lo llevaron a una pequeña oficina del local
donde esperaron el arribo del dueño del boliche. Pero antes de que el comerciante llegara, "un
hombre que dijo ser policía lo llevó a la vereda", contó Silvia. Allí, el hombre subió al
adolescente a un auto y lo trasladó junto a ella al Hospital del Centenario.
El pibe llegó muy "agitado" al hospital. "Primero tuvieron
que estabilizarlo porque le había bajado la presión", explicó la mujer. Después, se determinó a
través de una ecografía, que las puñaladas no habían perforado ningún órgano vital.
Ayer, Brian seguía internado en la sala de guardia del Centenario. Y, según
los médicos, debía permanecer 24 horas en observación. El adolescente cursa el 7º año en la escuela
Sergio Del Col y vive con su madre y sus seis hermanos en el barrio Ludueña.