Hacé lo que te digo porque si no te voy a matar" fue lo que escuchó Marcos, un chico de 13 años, de parte de un hombre armado con el que se topó el domingo al amanecer en la cocina de su casa de Granadero Baigorria mientras sus padres dormían ajenos a lo que estaba ocurriendo. El intruso intimidó al adolescente con un culatazo en la cabeza y, sin que los dueños de casa advirtieran la irrupción del recién llegado, recogió el efectivo que había en la propiedad, una computadora portátil y dos teléfonos celulares. Con el botín en su poder, se marchó en la moto del padre de Marcos que estaba estacionada en la cochera.
El atraco ocurrió a las 7 del domingo en una propiedad situada en La Cautiva al 1200, una calle con zanjas a cielo abierto que corre paralela a las vías, en el barrio San Miguel de Granadero Baigorria. Horas antes Miguel Angel Iglesias, de 44 años, y su esposa Gabriela, de 41, se habían ido a dormir luego de mirar por televisión la pelea de box entre "El Chino" Maidana y Floyd Mayweather. En una de las habitaciones el otro hijo de la pareja, de 17 años, dormía con unos amigos. Pero Marcos decidió quedarse levantado jugando con su computadora.
Sorpresa. Ya eran aproximadamente las 7 del domingo cuando el adolescente de 13 años fue hasta la cocina para tomar algo que había en la heladera. En ese momento se encontró con un joven que lo encañonó. "Lo llevó contra la puerta de la habitación y le dio un culatazo en la cabeza. El nene se pudo a llorar y en ese momento lo amenazó de muerte", recordaba Miguel ayer a la tarde en diálogo con LaCapital.
El chico quedó a merced del asaltante que le apoyó el caño de una pistola en la espalda. "Quiero plata. Decime dónde hay", le dijo el delincuente. Con sigilo, el ladrón obligó al adolescente a introducirse en la habitación de los padres mientras controlaba sus movimientos desde la puerta de la pieza.
Sin ruido. "Nosotros estábamos durmiendo y no nos despertamos porque evidentemente el tipo era muy canchero y no hizo ruido", explicó el dueño de casa. Entonces, el adolescente recogió los 200 pesos que estaban guardados en un mueble de la habitación y se lo entregó al ladrón, que enseguida le murmuró amenazante: "Dame ese celular".
Marcos tuvo que recoger el aparato que hacía poco había comprado la madre y entregárselo al maleante. Luego, el adolescente y el delincuente se dirigieron al comedor, donde el asaltante se apoderó de una notebook.
En ese momento ocurrió algo que el delincuente no advirtió. Como el llanto de Marcos había sobresaltado a su hermano mayor, éste bajó del entrepiso y alcanzó a distinguir la silueta del ladrón cuando caminaba con Marcos hacia la habitación de los padres. "Mi hijo mayor y sus amigos se asustaron, pero aún así pudo llamar al 911 para denunciar el atraco".
En moto. Casi al mismo tiempo, el ladrón obligó al chico a vaciar su mochila para que pudiera guardar en ella los teléfonos celulares y la computadora portátil que había sustraído. Pero no se conformó con el botín que había obtenido. Cuando distinguió la moto Suzuki AX de 100 centímetros cúbicos cero kilómetro de Miguel Angel que estaba estacionada con un auto en la cochera decidió llevársela. Subió al rodado y se esfumó.
A las 7.09 del domingo, el hermano de Marcos se contactó con el 911. Pero cuando la del Comando Radioeléctrico baigorriense acudió a la casa, el maleante se había marchado. "Los policías estuvieron 40 minutos preguntándole a mi hijo detalles del ladrón, por ejemplo cómo estaba vestido", comentó Miguel Angel.
Un rato después, los padres lo llevaron a Marcos al hospital Eva Perón de Granadero Baigorria para que lo atendieran por la herida cortante que tenía en la cabeza. "No hubo necesidad de suturarlo, porque por suerte ya había cicatrizado", comentó su papá.
Iglesias comentó que en la barriada no habían ocurrido atracos como el que sufrió el domingo a la mañana. El hombre asaltado denunció el robo en la comisaría 24ª, que controla la zona donde ocurrió el ilícito.