Desde que la Justicia comenzó a seguir distintas rutas de dinero narco, un allanamiento en una financiera puede significar el comienzo o el final de una buena historia. Son operativos que pueden provocar ruido. Esta vez, un allanamiento de ordenado por el fiscal federal Claudio Kishimoto, puso bajo la lupa una boca de expendio de drogas teniendo a una financiera ubicada en pleno centro de Rosario. El jueves por la tarde efectivos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) llegaron a las oficinas de Credimil, que ofrece préstamos por código de descuento a empleados públicos y jubilados. En ese lugar detuvieron a dos personas, uno de ellos uno de los socios de la firma, y secuestraron 100 gramos de cocaína de máxima pureza. Los detenidos serán indagados en las próximas horas.
Una denuncia anónima sobre la existencia de una boca de expendio de drogas en una financiera de 9 de Julio al 1900, lo que demuestra que no solo en los barrios periféricos de la ciudad hay búnkers y quioscos donde conseguir estupefacientes, motivó un operativo de la AIC al caer la tarde del jueves. Móviles de una fuerza de élite frente a una financiera céntricas alimentan las fantasías de vecinos y periodistas. Pero esta vez no hubo bolsas con DNI perdidos, documentación sobre lavado de activos o material sobre rutas de dinero. Sino que había 100 gramos de cocaína de buena calidad y el fuerte indicio de que uno de los detenidos utilizaba la fachada de la casa de préstamos.
Credimil SRL es una “empresa que otorga soluciones financieras a todo los sectores de la sociedad, su rapidez, compromiso y eficacia la distinguen del resto”, según se explica en el perfil de la red social que tiene la empresa en Facebook. Una financiera constituida en marzo de 2017 que tiene entre su cartera de clientes a “empleados de la Empresa Provincial de la Energía (EPE) y la Universidad Nacional de Rosario (UNR), activos provinciales, empleados municipales, privados que cobren por el Banco Nación y jubilados y pensionados de la provincia. En principio estuvo constituida por cuatro socios y posteriormente, en septiembre de 2018, pasó a estar conformado por dos de ellos. Uno de esos socios es Marco Fidel B., uno de los sospechosos para la investigación.
Denuncia anónima. “Esta es una investigación que comenzó a partir de una denuncia anónima, bien específica, que exponía a una persona como vendedora de droga utilizando a la financiera como fachada”, explicó una fuente ligada a la pesquisa. “Se realizó trabajo de campo y se tomó la determinación de realizar un operativo ya que no había derivaciones investigativas que se pudieran explotar”, agregó el vocero. Una de esas derivaciones no explotadas está dada en que el hombre en cuestión nunca permitió ver la ruta de sus abastecedores de la droga.
En la frontera noroeste del país la cocaína puede conseguirse, según fuentes de la región, a 3.300 dólares el kilo (la de origen boliviano) o 2.700 dólares (la peruana, que refiere ser de mejor calidad). Ese precio puede duplicarse tranquilamente al llegar a Rosario o Buenos Aires. Históricamente el gramo de cocaína estuvo tabulado en el equivalente a 10 dólares.
Con ese panorama el fiscal Kishimoto gestionó ante el juez federal Marcelo Bailque una orden de allanamiento para la financiera. Ese operativo se cumplimentó el jueves al caer la noche cuando efectivos del Departamento Regional de Investigación Criminal sobre el Narcotráfico-Región II (ex Brigada Operativa Antinarcóticos de Rosario) de AIC irrumpieron en el lugar y detuvieron a Marco Fidel B. y a su esposa, empleada del lugar e identificada como C.M.B., quienes son los principales de investigados. Además se procedió al secuestro de 100 gramos de cocaína en trozos compactos y fraccionada,, una balanza de precisión, celulares, soportes informáticos y 2.490 pesos en efectivo. Los detenidos quedaron a disposición del fiscal Kishimoto y del juez Bailaque, quienes los indagaran en las próximas horas.