El gobierno de la provincia dispuso el pase a disponibilidad del personal policial que estaba a cargo de la comisaría de Murphy tras el femicidio de Marina Espíndola.
Marina tenía 42 años y era madre de tres hijos.
Gabriel Robles prestaba sus servicios de policía en la localidad cabecera del departamento General López.
El gobierno de la provincia dispuso el pase a disponibilidad del personal policial que estaba a cargo de la comisaría de Murphy tras el femicidio de Marina Espíndola.
La medida, que fue tomada a instancias del Ministerio de Seguridad provincial, alcanza al comisario Inspector Cristian Ataide, que se desempeñaba en la comisaría de Murphy, y el subdirector de Policía Cristian Rotela, jefe de la Unidad Judiciales. También incluye a la psicóloga Rosalía Kobila, de medicina legal.
Luego de esta determinación, la oficial María Laura Martinotti quedará a cargo de la Comisaría de Murphy, mientras que la oficial Paola Gorostiaga quedará como subjefa.
A partir del femicidio de Marina Espíndola, la subsecretaria de Bienestar policial y Género, Natacha Guala; la directora de Género, Noelia Figueroa, y la subsecretaria de Políticas de seguridad pública, Jassi Capitanelli, establecieron una mesa de trabajo en conjunto con el equipo local de la comuna de Murphy, y programaron una capacitación con perspectiva de género para la toma de denuncias para el personal de la comisaría.
Asimismo, el Ministerio abrió una investigación y corrió de sus funciones al personal policial de forma preventiva, para seguir con el proceso investigativo y administrativo para el esclarecimiento del caso.
Por otra parte, se puso en conocimiento que en los procedimientos se detectó el no cumplimiento del protocolo de Género que fue firmado en octubre del 2021.
La pequeña localidad de Murphy, de alrededor de 4.500 habitantes, se conmovió el lunes pasado por el brutal asesinato de una mujer a manos de su pareja policía. El hecho ocurrió el lunes por la madrugada y la víctima fue Marina Espíndola, de 42 años y madre de tres hijos. Su victimario fue su ex pareja, el policía Gabriel Olegario Robles, de 49, quien la asesinó de un certero balazo con su arma reglamentaria y luego se descerrajó un disparo que acabó con su vida horas más tarde luego de ser trasladado al hospital de Venado Tuerto.
Lo concreto es que la madrugada de este lunes, alrededor de la 1,30 horas, el hijo de la víctima fue quien alertó a los vecinos del macabro hecho que había presenciado. Así fue como el niño de 11 años, en estado de profunda angustia, le dijo a un vecino lo que estaba sucediendo en su casa. Tras ello el vecino avisó a la Sub Comisaria 10 del pueblo que inmediatamente se acercó al lugar, calle Ricaordi al 200, y constataron lo sucedido.
El hombre ingresó al domicilio y le descerrajó un balazo que acabó prácticamente en forma instantánea con la vida de Marina Espíndola. Luego el agresor intentó quitarse la vida al dispararse pero no lo logró. La policía lo encontró agonizante pero con vida y así fue como los trasladaron al hospital Dr Gutiérrez dónde tres horas más tarde fallece. La mujer presentaba un sólo disparo y el victimario se había disparado en la boca.
El femicida Gabriel Robles era oriundo de Murphy pero prestaba sus servicios de policía en la localidad cabecera del departamento General López, Melincué. Estaban separados desde hacía un tiempo y la víctima había realizado denuncias por violencia de genero en más de una ocasión.
Marina Espíndola era oriunda de Venado Tuerto pero hace varios años atrás se había casado con una persona de Murphy y se fue a vivir a esa localidad. Con Eladio Cisnero tuvo sus tres hijos pero luego se separó y mucho tiempo después formó pareja con quien posteriormente sería su asesino.
Marina Espíndola comenzó a tener una relación con el policía Robles hace dos años y medio aproximadamente. Pero desde hacía cinco meses habían cortado. Al menos eso era el deseo de Marina quien desde ese tiempo no dejó de amenazarla y pedirle que volvieran a estar juntos. Hecho que Marina no quería bajo ningún punto de vista por las constantes amenazas que recibía del policía, según aseguraron fuentes de la investigación.
Tenía unos 70 años y estaba tendido en el interior del predio de Castellanos al 2300, donde vivía. Había manchas de sangre en el picaporte. Secuestraron dos cuchillos y se presume que se usaron ambos en la agresión fatal.
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