Las autoridades de control de la Municipalidad de Rosario desbarataron dos fiestas clandestinas que se estaban realizando este domingo en distintos puntos de la ciudad, operativos en los que hubo detenidos y hasta agentes que sufrieron lesiones al ser agredidos por algunas de las personas que participaban de estas reuniones cuya realización está prohibida en el marco de las medidas sanitarias de prevención para tratar de contener la segunda ola de coronavirus.
Según reportó la secretaria de Control y Convivencia del municipio, Carolina Labayru, las fiestas que fueron desactivadas por los agentes de ese organismo se estaban produciendo en Alvarado al 1400 y en Avenida del Rosario al 1200.
En el primero de los casos, los agentes municipales encontraron una fiesta de la que estaban participando once personas, todas las cuales fueron trasladadas a la comisaría 12º para que se le inicien actuaciones por la violación de las restricciones.
Aunque en este operativo los agentes no tuvieron mayores dificultades para hacer su trabajo, excepto escuchar los habituales insultos de quienes se sienten sorprendidos por la presencia de autoridades de control, en la fiesta que se estaba desarrollando en Avenida del Rosario al 1200 la situación fue distinta: allí fueron agredidos verbal e incluso físicamente, al punto que un par de ellos tuvieron que ser trasladados al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez para ser sometidos a controles y análisis médicos.
No se reportó oficialmente si alguno de ellos sufrió alguna lesión importante.
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En esta reunión clandestina hubo tres personas detenidas, una cuarta que fue aprehendida cuando llegó a la comisaría a la que fueron trasladadas las anteriores profiriendo insultos y amenazas, y unas 40 más lograron escapar de los agentes que estaban a cargo del procedimiento. L
La mayoría de ellos eran personas jóvenes, reportaron las autoridades de la Secretaría de Control y Convivencia.
La secretaria Labayru informó también que fuera de estos dos episodios en los que intervino la repartición hubo casi 1.200 controles de vehículos en el marco de las restricciones para circular, 22 de los cuales fueron remitidos al corralón municipal porque sus conductores no tenían permiso para hacerlo. Todos ellos, además de pagar una fuerte multa, tendrán que esperar la decisión de un fiscal para poder retirar sus autos de esa repartición municipal.
En esos mismos operativos, el municipio secuestró 45 vehículos a los que les faltaba algún tipo de documentación o no estaban en condiciones técnicas de estar en la calle.
Durante la misma jornada del domingo, Control Urbano clausuró una cancha de fútbol, una barbería y una sala de ensayo donde había actividades no permitidas en el marco de las restricciones.