Los problemas económicos y edilicios con los que deben enfrentarse a diario
cientos de establecimientos educativos son una realidad difícil de sortear. La escuela especial Nº
1146, Dinad, que atiende a chicos con discapacidad no escapa a esa problemática y por eso necesita
ayuda.
La institución, que fue creada hace más de 45 años por una asociación de padres
de chicos con discapacidad, debe luchar a diario contra un conjunto de dificultades propias y
externas.
El edificio de calle 9 de Julio son la muestra más clara del deterioro provocado
por el paso del tiempo y la escasez de recursos económicos. Tienen problemas de calefacción, los
techos están deteriorados, hay roturas en el tanque de agua, lo que provoca filtraciones de
humedad, además de sanitarios rotos. Inclusive quedan secuelas de la pedrada de 2006. Sin embargo
los directivos y una comisión especial tratan de ingeniárselas para que día a día puedan paliarse
algunos problemas.
"Lamentablemente dependemos de la buena voluntad de la gente", dijo Daniel De
Girolami, presidente de Dinad. Asimismo Estela Savarino, contadora de la institución remarcó: "La
gente siempre ha sido solidaria con nosotros y de hecho actualmente hay quienes colaboran, pero los
cambios económicos del último tiempo demostraron que esa ayuda no alcanza". Dinad tiene unos 90
alumnos y su enseñanza comprende todos los niveles. Los alumnos permanecen allí en jornadas
completas. Aprenden, juegan, desayunan, almuerzan y meriendan, y más allá de los contenidos básicos
que incorporan, se los prepara en oficios: tienen talleres de carpintería, pastas, repostería,
lavandería, disfraces, fotocopiadora y reciclado de papel. "Los talleres son un modo de
integración. Allí los chicos no sólo aprenden ciertas habilidades sino que además logran
independizarse", dijo Savarino.
Las maquinarias que usan en los talleres fueron conseguidas, en su mayoría, a
través de la subvención oficial de proyectos propios elaborados por los maestros. Pero la
consecusión de insumos y herramientas son una preocupación constante. Algunas resultan un tanto
obsoletos, ya que están desde la apertura de la escuela.
"Hay una realidad: la sociedad y las familias se empobrecieron. Las escuelas van
en ese mismo camino", comentó Graciela Luque, vicedirectora de la Dinad.
Si bien la escuela es de gestión privada, conviene aclarar que gran parte del
alumnado vive en condiciones de bajos recursos. Por eso la Municipalidad mantiene becados a una
parte de ellos a través de la cobertura de las cuotas mensuales.
Algunos gastos son cubiertos por subsidios, donaciones particulares, cuotas de
socios y padrinazgo. Sin embargo las necesidades son muchas. Teniendo en cuenta que es muy
frecuente que chicos con síndrome de Down padezcan problemas de cardiopatía desde Dinad relatan que
la prioridad pasa por el funcionamiento de la calefacción. "No queremos que haya cosas en estas
condiciones porque eso implica, con este frío, poner en riesgo la salud de los más vulnerables",
remarcó Di Girolami.
"Queremos que la gente conozca Dinad y sepa qué hacen los chicos, para que el
día de mañana esa misma gente pueda considerarlos para darles un puesto de trabajo y porque así
pueden saber hacia dónde destinan su ayuda", dijo Savarino.
El mensaje es claro: apelan a la solidaridad y a la sensibilidad para que en
conjunto se pueda cambiar, aunque sea en parte, la realidad de quienes son diferentes.
Particulares o empresas que puedan otorgar algún tipo de ayuda pueden
comunicarse al 4400361.