El intenso frío que se registra en esta época del año puede ser mortal para
quienes viven en situación de calle. En el 2007 las bajas temperaturas se cobraron la vida de tres
indigentes. La alarma generalizada ante tal circunstancia provocó que algunos se lamentaran y que
otros, en cambio, quisieran contribuir desde la acción. En ese grupo sobresalió Elisabet Báez, una
joven que gracias a la perseverancia logró constituir un refugio para aquellos que no tienen un
hogar. Sol de Noche, como se conoció el espacio, funcionó desde julio a septiembre, fecha en la
cual debió cerrarse porque la locación que les habían prestado debía ser devuelta.
Todo empezó cuando Elisabet manifestó por medio de cartas de lectores enviadas a
este diario, que era necesario y urgente crear un sitio para albergar a los indigentes. Pero sus
pedidos sólo hicieron eco cuando ya habían fallecido algunas personas a causa del frío. Así fue
como un grupo de voluntarios provenientes de distintos ámbitos se sumó a la iniciativa. Juntaron
ropa, frazadas, colchones y alimentos. Salieron en la búsqueda de aquellos que sin techo quedaban
expuestos a riesgos irreversibles y les dieron la posibilidad de vivir dignamente.
Por eso, desde que Sol de Noche cerró, los voluntarios piden desesperadamente
que alguien los escuche: "Necesitamos con urgencia un espacio fijo para instalar el refugio.
Queremos que alguien de la Municipalidad nos oiga y nos facilite un lugar", dijo Báez, quién además
manifestó su sorpresa ante los ofrecimientos de ayuda de gente anónima. "Muchas veces es necesario
que uno dé el primer paso para que otros lo sigan", dijo.
Ahora los voluntarios necesitan un espacio propio para alojar a la mayor
cantidad posible de indigentes y depositar allí todos los elementos que la gente donó. Además están
en plena tarea de constitución de una asociación civil que les de un mayor respaldo. "Tenemos todos
los recursos humanos necesarios para que esto funcione, sólo nos falta el espacio físico. Por eso
no nos vamos a quedar de brazos cruzados. Porque el invierno se acerca y no queremos esperar
muertes para que alguien nos escuche", dijo Báez.
Más de 30 personas estuvieron el invierno pasado en Sol de Noche, cifra que
aumentaba en casos de lluvia. Allí encontraron un lugar para bañarse, comer, dormir e intercambiar
experiencias con los demás. Para muchos, incluso, eso terminó siendo una herramienta de inclusión
social porque a partir de tener un hogar alcanzaron un trabajo. Y si bien ese no era el objetivo
principal de los voluntarios, sí es una gratificación extra. "Hay que reconocer que cuando los
incitábamos a ir al refugio se mostraban dubitativos y desconfiados, pero el clima familiar que se
dio después fue conmovedor", contó María Soledad Llovera, otra de las voluntarias, quien además
agregó que a partir de la valoración personal que sentían, a muchos les surgió la inquietud de
estructurar su vida para vivir con autonomía.
Pero la falta de un sitio propio llevó al obligatorio cierre del refugio, motivo
por el cual quienes no podían alquilar algún lugar tuvieron que volver a la calle y con ello,
perder lo que habían construido. Para revertir esta situación trabajan los más de 20 voluntarios de
Sol de Noche. Saben que es posible porque mientras funcionaron vieron pruebas de eso. La urgencia
es el espacio propio, pero los alimentos no perecederos, la ropa, las zapatillas, las frazadas, los
colchones y el mobiliario para adecuar un nuevo espacio también son de extrema necesidad. Además
requieren que más gente se sume para colaborar desde el aspecto humano.
Más voluntarios, más posibilidades de atender mejor a quienes no tienen familia
y están en situación de calle. Por eso, quienes deseen colaborar pueden comunicarse al (0341)
156762999 o vía e-mail a refugiosoldenoche@hotmail.com.
Las acciones tienden a mejorar la calidad de vida de quienes no tienen nada.
Darles un hogar sustituto y posibilidades de valorarse y crecer están entre los objetivos. Pero
para eso es necesario que tengan su espacio. El deseo es que otra vez las soluciones no lleguen
cuando el frío se haya cobrado nuevas vidas.