Javier Weber no mide sus gestos. Habla con ellos. Entonces es evidente que algunas cosas le hacen ruido y le generan dudas. No sabe si seguirá al frente del seleccionado masculino de vóley o si dará un paso al costado. Su duda sorprendió al ambiente voleibolístico hace algunos días cuando planteó la posibilidad de un alejamiento tras cuatro años de gestión donde logró una renovación evidente: no sólo porque desde la selección logró levantar a un deporte corroído por culpa de una década de manoseos políticos, dejadez institucional y estructural, sino por el potencial que muestra su equipo y entusiasma si se mira el futuro. Pero a Weber algo no lo convence. Entonces piensa qué hacer. A fin de mes dará su veredicto.
—¿Por qué pusiste en duda tu continuidad en la selección? ¿Es una cuestión contractual? ¿Estaba en tus planes pensar esto a fin de año?
—No es una cuestión contractual sino de analizar claramente varios puntos tras el cierre de un ciclo que para mí fue exitoso. Fueron años muy buenos, se cumplieron todos los objetivos y podemos decir que este equipo argentino tiene futuro en el tiempo. Mi decisión pasa exclusivamente por analizar muy bien varias cuestiones para seguir de la mejor manera. Pretendo un salto de calidad.
— Tratar de posicionarnos un paso más arriba en el ranking en los próximos cuatro años (hoy está 9ª en el ranking de la FIVB pero fue 5ª en los JJOO). Es una tarea difícil pero no imposible. Analizando todos los componentes de los dos proyectos que lidero (también dirige a Bolívar) y hablando con las dos patas de la mesa pretendo aclarar todas las situaciones y aclararme mis dudas para seguir de la mejor manera.
—¿Cómo te renovás para que no se desgaste la relación con los jugadores? Si seguís vas a superar cuatro años al frente del equipo.
—(Risas) Esa es una excelente pregunta de la cual todavía no tengo respuesta. Necesito un poco de tiempo para analizarlo muy bien.
—¿Entonces las dudas pasan por un desgaste?
— Es un poco de todo. Desgaste personal y desgaste de los grupos.
—Si seguís, ¿cuál sería el objetivo a corto plazo?
—El primero sería mantenernos entre los mejores seis equipos y después, despacito, ir buscando estar entre los cuatro.
—¿Dónde está la brecha de Argentina con el resto?
—Desde mi punto de vista la brecha está en lo técnico. Si nosotros pretendemos ser como los rusos o como los alemanes estamos por el camino equivocado, pero técnicamente tenemos condiciones para asemejarnos a Brasil en poco tiempo.
—Por su historia, por lo que significa en el vóley y por ser el próximo anfitrión de los JJOO, ¿Brasil es el modelo ineludible?
—Sí, es el modelo técnico sin dudas, como en algunas cosas lo es EEUU. Para mí Brasil siempre fue el modelo, por mi experiencia allá (fue jugador y también entrenador) pude ver cómo se trabaja, de qué manera manejan el tema técnico y mental. Ahí es donde tenemos que hacer un salto de calidad bastante grande.
—En el Preolímpico de mayo hablabas de que la clave para seguir creciendo estaba en que el equipo pudiese mantener un nivel alto de juego en el mayor tiempo posible. ¿Lograron eso en los Juegos Olímpicos (fueron 5º)?
—En eso no evolucionó el equipo y en los Juegos fuimos completamente irregulares. Tuvimos partidos buenos y malos, y eso sigue siendo parte del tema mental importante del que hablaba. Hay que afianzarse desde el pensamiento colectivo, desde el pensamiento de cómo ser profesional, desde un montón de situaciones. Aunque tengas 60 ó 70 partidos internacionales eso no te hace más o menos profesional, te hace tener experiencias que otros no tuvieron desde el punto de vista del juego. Ahora, desde el punto de vista del grupo, donde los objetivos se van planteando con la vara cada vez más arriba, las mejoras tienen que ser en esto, en la constancia. En los Juegos Olímpicos no lo hicimos y ése es el cambio a desarrollar de acá en adelante. Estando yo o no ése es un punto clave, el más importante. Porque desde el punto de vista técnico hay que hacer algunas mejoras, pero las condiciones están.
Un motivador que se identifica con Bielsa
Weber tiene fama de gran motivador. ¿Aplica alguna fórmula? “Hay diferentes formas de motivación: puede ser externa, interna, generada por un hecho particular. El rol de líder tiene un montón de facetas, yo me identifico con dos que logran motivar desde el liderazgo y la conducción como Bielsa y Ferguson".
El podio en la World League y la vuelta a los JJOO
Javier Weber se hizo cargo de la selección mayor en 2008 y 2009, y Argentina volvió a jugar la Liga Mundial tras varios años de ausencia y se instaló en la Final Six. En 2010 perdió sus 14 partidos de la Liga, pero jugó la final por ser anfitrión de la ronda final. Ese año Argentina fue novena en el Mundial de Italia. Pero el logro más destacado de la era Weber, además de haber devuelto a la selección a unos Juegos Olímpicos este año en Londres 2012 tras la ausencia en Beijing 2008, fue el cuarto puesto en la Liga Mundial 2011. Fue un hecho histórico. En el Sudamericano, como siempre, le tocó secundar a Brasil.