¿Te dijo algo específico Bauza antes del partido, teniendo en cuenta tu inactividad?
No, no hablamos de la inactividad. Sí me dio indicaciones propias del partido. La idea era tratar de anular al 9 (Darío Benedetto) y de estar atento a las diagonales de los extremos (Sebastián Villa y Edwin Cardona), entre las muchas variantes que tenía Boca en ofensiva.
Bueno, Darío Benedetto prácticamente no los inquietó, así que desde ese aspecto cumpliste.
A mí entender sí, pero fue mi primer partido después de mucho tiempo y considerando esa inactividad sentí que cumplí con lo pedido. Obviamente que siempre considero que hay que mejorar.
¿Fue mejor para vos volver en un contexto así, después de un duro golpe de Central y ante semejante rival en su cancha? ¿O era demasiado arriesgado?
En realidad no pensaba mucho en el contexto porque mis ganas de volver a jugar eran tantas que no me importaba nada más. Las cosas se dieron así, pero entiendo que sí me ayudó volver justo ante Boca en la Bombonera, porque ante un rival así la motivación es el doble. Yo lo tomé para ese lado, positivo, y gracias a Dios salió de la mejor manera.
¿Sentías que todavía no habías tenido la oportunidad de mostrarle al hincha de Central por qué te trajeron?
La verdad es que este partido me ayudó para eso. El año pasado estaba empezando a acomodarme y me pasó lo que me pasó. Seguro que todavía no llegué a mi nivel ni a que me conozcan bien. Por eso espero aprovechar esta chance de mostrarme para que todos sepan porqué vine a Central.
Y más allá de la referencia de la Bombonera, ¿qué jugador sos?
Trato de ser muy dinámico, agresivo, que juega al anticipo. Ojalá que pueda demostrarlo y que me puedan conocer más.
Además de un trámite tuyo general que considero fue muy prolijo, hubo dos jugadas extraordinarias que te tuvieron de protagonista. En una pudiste quedar como el héroe, con ese cabezazo incómodo (50') a las manos de Rossi.
El Colo (Gil) tiene una particularidad en los tiros libres. Le pega con mucha precisión pero fuerte y fue como que se me apareció de golpe después del tumulto que tenía adelante. Estaba un poco tapado y creo que por eso le faltó fuerza al cabezazo y tal vez dirección. Si lo hacía me iba de rodillas hasta Corrientes (risas).
Y la otra fue en la otra área, en el tiro libre por falta tuya a Pablo Pérez en la puerta del área. ¿Lo tocaste o fue vivo él?
Hubo un contacto mínimo. El partido estaba picante y sabíamos que el árbitro ante la duda te cobraba. El sacó provecho porque se dejó caer. Por suerte no entró después porque si no la iba a pasar mal.
Imagino lo duro que fue el proceso de recuperación. ¿En algún momento sentiste que se te venía el mundo abajo?
El momento de la lesión fue durísimo porque sentía que me podía afirmar. Sentí mucha tristeza e impotencia pero después el tiempo empieza a curar todo y a transformar los pensamientos negativos en positivos. Me costó volver, agarrar ritmo y ahora busco acomodarme poco a poco.
¿Te sentías ya para volver a jugar?
Sí. La lesión en la rodilla ya quedó de lado para mí. Sabía que me podía costar lo futbolístico pero debo confesar que en la semana previa a Boca me sentí mejor que nunca. Creo que por eso también me llegó la oportunidad.
¿Cuándo te enteraste que jugabas?
Recién el viernes cuando el Patón dio el equipo. Durante la semana estaba más o menos armado pero estaba la duda en la defensa precisamente. Fue una alegría enorme cuando lo escuché al entrenador y lo tomé por supuesto con mucha responsabilidad. Y con mucha ansiedad. No veía la hora de salir a la cancha.
¿A quién llamaste primero para darle la noticia?
A mi familia que tengo en Corrientes capital y a mi novia (Lourdes), que fue la me bancó toda la lesión acá en Rosario, porque la verdad es que estamos los dos solos acá. Se emocionaron todos el sábado cuando me vieron pisar la cancha, porque sabían lo que sufrí todo este tiempo. Nosotros somos muy unidos y por eso después del partido también los llamé enseguida a mi papá (Luciano) y a mi mamá (Lucía Meza). Ellos, como mis dos hermanas, mi hermano y todos mi sobrinos, estuvieron muy pendientes de mí, y por eso para todos fue una gran felicidad.
Tener la familia lejos habrá hecho más dura la recuperación.
Claro, exactamente. Por suerte además de mi novia hice varios amigos en el plantel que me dieron una mano bárbara. Me ayudaron mucho en verdad, porque como te dije, no es fácil estar en una ciudad que no es la tuya dos personas solas.
Volviendo al partido, si Pablo Pérez hacía el gol de tiempo adicional, ¿hubiera sido injusto?
Totalmente. Más allá de que los dos podían haber ganado, nosotros tuvimos las jugadas más claras.
¿Que té dijeron los compañeros de tu actuación?
Me felicitaron por la vuelta más que nada, porque sabían lo que me jugaba. Fue muy estimulante para mí, porque también los ayudantes del técnico me hablaron mucho, como así también en la previa por la ansiedad que tenía. Me bancaron antes y después.
La verdad es que viéndolo de afuera no pareció que venías de casi un año afuera. Además te complementaste bien con Caruzzo. Me parece que en el balance fue un más que deseable regreso.
En lo particular me fui muy contento porque además terminé bien el partido y hoy te puedo decir que no tengo dolores ni estoy cansado. Eso creo que es lo principal para mí. Y en el partido, haber tenido al lado a Caruzzo con toda su experiencia o a Parot, me dio mucha confianza. Por eso traté de apoyarme mucho en ellos para no desentonar.
Pese a que trajeron dos centrales en el último receso (Caruzzo y Barbieri) y que venís de atrás, es como que ahora se te abrió la puerta.
Claro y voy a tratar de aprovecharlo para pelear por un lugar. Tengo que mejorar y agregarle las cosas que le hagan falta a mi juego y si puedo meterme de lleno en la titularidad.
¿Te ves jugando el clásico?
Lo imagino. Lo primero es esperar jugar el domingo ante Patronato que es lo que necesito. Soy siempre positivo, pero voy tranquilo.