Ni siquiera desarmó las valijas. Sebastián Solé llegó el domingo y anoche ya estaba viajando
hacia Buenos Aires para entrenar con el seleccionado argentino de vóley. La Liga Mundial requiere
esa exigencia de parte del central rosarino de 19 años, en su primera gran competencia
internacional con los mayores. Durante la charla con Ovación rescató como positiva “la
experiencia” que adquirió jugando la fase de grupos, en la que Argentina no ganó ni un
partido, y aguarda que el seleccionado enderece el rumbo en el hexagonal final de Córdoba, del 21
al 25 de julio.
A una de las grandes promesas del vóley nacional le cuesta analizar por
separado lo que fue su rendimiento con respecto al del seleccionado. Y se entiende. “La
experiencia personal fue buena, no así los resultados. Sumar una derrota tras otra se sufre mucho.
Trato de disfrutar de la liga, por lo que significa en mi carrera, pero hasta ahora costó bastante
por cómo nos fue”, dice el jugador de Sonder, que fue cedido a Bolívar para la próxima
temporada.
Después de un 2009 fantástico, con la obtención de las medallas de
bronce en los mundiales de menores y juveniles, habló de lo que significa jugar en el máximo nivel.
“Es algo difícil. El salto de la categoría juvenil a la mayor se nota mucho. Desde afuera
parece más fácil, pero en la cancha comprobás que no es así. Esta primera liga me sirve para darme
cuenta cómo es el nivel de los demás y para que en el futuro pueda jugar con mayor
tranquilidad”, asegura.
Solé comenta que la selección no funcionó y que eso influyó en su
rendimiento, a tal punto que hasta acá no anduvo como pretende. Pero no pierde la confianza.
“En el hexagonal voy a tratar de aportar lo mío, que es el bloqueo, uno de mis aspectos más
fuertes”, promete.
Metido de lleno en la definición de la liga, un hexagonal final con
Argentina clasificada directamente por ser sede en Córdoba, subraya los aspectos que la selección
debe corregir. “Hay que tener regularidad. Pasamos por momentos muy buenos y de pronto caemos
en un pozo y nos hacen varios puntos seguidos. Las pelotas fáciles no se pueden
desaprovechar”, subraya.
Con Italia, Rusia y Cuba en un grupo, Argentina compartirá el otro ante
el temible Brasil y Serbia. Los dos mejores avanzarán a las semifinales. “Nos tocaron dos
rivales difíciles, sobre todo Brasil. Pero a ninguno les tenemos miedo”, asegura.