Algunos lo llaman sentido de pertenencia. Otros, sentido común. Hasta podría denominarse sencillamente como un acto racional o de gratitud. Lo cierto es que Cristian Villagra decidió regresar a Arroyito una vez que salió de Metalist de Ucrania diciéndole que no a River. El millonario lo sondeó y tentó para sumarlo a sus filas. Aunque Kity cerró toda chance con la llave del corazón. “Sí, es así. Me llamaron para que volviera, pero les dije que no porque veía que acá se estaba armando una gran movida. Linda e interesante, con gente que conoce y quiere a Central”, confesó de movida el lateral. “Además, me había dicho que si volvía de Europa, era sólo para jugar en este club, no pensaba y no quería otra cosa en ese momento”, acotó el cordobés en la intimidad con Ovación.
Central jugará mañana ante Lanús, pero luego lo espera River. Y Villagra tiene dedicado un capítulo en su historia deportiva vinculado con la entidad de Núñez, donde fue campeón en 2008. Como también tiene relación con el actual entrenador Marcelo Gallardo. “Sí, con el Muñeco (Gallardo) fuimos compañeros. Pero bueno, eso es cosa del pasado. Ahora me debo a Central y a tratar de rendir lo mejor posible en este torneo”, argumenta un Villagra sincero y calmo a la hora de las declaraciones.
—¿Sabés que no es muy frecuente que un jugador le diga no a River?
—Sí, pero fue así. Le dije que no porque estaba el Chacho (Coudet), había llegado Marquito (Ruben) y el Chelito (Delgado) estaba ahí. Se estaba armando algo lindo e interesante. Por eso no dudé en venir a Central. Es más, quería eso.
—¿Volviste además porque en su momento habías jugado poco?
—Sí, ni hablar. Ese fue otro de los motivos principales que me hicieron decidir volver a esta ciudad. Sabía que iba a regresar porque así lo deseaba, ya que jugué muy poco acá. Quería hacerlo y estando también bien.
—¿Sos consciente de que si habrías ido a River estarías jugando Copa Libertadores, más allá de que en el torneo ustedes también están muy bien?
—No, porque no me fijo en eso. Ya tuve la posibilidad de jugar, estar y salir campeón en River. Creo que ya tuve mucho tiempo ahí. Quería volver acá, esa es la pura verdad. Si volvía al país era para estar en Central, no en otro lugar. Y estoy convencido de que lo que hice fue acertado.
—¿Lo decís porque son uno de los principales animadores del torneo?
—Por todo. Estoy muy cómodo acá.
—¿Entonces qué mensajes le dejarías a la gente, que está muy ilusionada con el equipo?
—Lo primero que les digo y quiero hacer llegar es tranquilidad. Sobre todo porque esto es muy largo y recién empezó. Estamos bien y luchándola, aunque somos un equipo que vamos a complicársela a todos los rivales. No nos damos por vencido así nomás. Somos duros.
—¿Hablan con el grupo cómo sería este presente si era un torneo corto?
—Ni hablar. Pero tocó esto y haremos todo para estar a la altura de las circunstancias.
A la hora de hacer hincapié en el presente, Cristián Villagra no duda en afirmar: "Por suerte estoy muy bien. Lentamente fui progresando. Y en parte eso se dio porque cuando llegué me encontré con un grupo humano muy bueno, que tira para el mismo lado, quiere lo mejor para el club y eso es muy importante para mí". Y agrega inmediatamente con orgullo: "Creo que en parte se ve reflejado en la tabla lo que queremos y hacemos por la institución".
—Arrancaste por derecha ante la ausencia inesperada de Alvarez, luego terminaste en el otro sector, ¿en qué te cambia pararte de un lado u otro, te condiciona en algo?
—No, para nada. Lo que pasa es que acá me conocen jugando por el lado izquierdo. Aunque al verdad es que no tengo problemas en hacerlo en cualquiera de los laterales. Y sobre si me condiciona en algo, la realidad es que no, porque me siento cómodo en ambos sectores. Estoy acostumbrado porque siempre lo hice. Los que me conocen de inferiores saben que es así.
—Mencionaste que te conocen más por izquierda, pero en Ucrania saliste mejor lateral derecho dos temporadas.
—Sí, es así. Es verdad que me pasó eso. Pero bueno, con tal de ayudar al equipo juego donde me lo pidan.
—¿Cómo encontraste al fútbol argentino?
—Muy físico. Cualquier equipo se pone parejo desde ese punto de vista. Es más, creo que basta mirar un partido para darse cuenta que todo resulta complejo a la hora de jugar. No hay grandes diferencias entre los equipos.
—¿Cambió en algo más en relación a cuando debutaste o estuviste en River?
—Sí, mucho. Me costó adaptarme cuando arranqué por el tema físico más que nada. Aunque también las canchas son distintas ahora. En algunas tenés el césped alto, en otras al ras. Hay más detalles desde ese punto de vista. De hecho, nosotros entrenamos con el pasto bien cortito y mojado como se hace en Europa.