Matías Kruger, el trabajador de subte que falleció electrocutado esta madrugada, era uno de los destacados jugadores del equipo de futsal de Boca y habitualmente convocado a la Selección argentina, con quien se consagró campeón en la Copa América 2015.
Kruger, de 24 años, tuvo en las últimas temporadas un meteórico despegue en su carrera y soñaba con llegar al futsal de Europa en un futuro cercano.
Fuerte físicamente y también con buena técnica, "Pesadilla" Kruger jugaba de cierre actualmente en el conjunto dirigido por Hernán Garcías, que se encontraba disputando la final de los Playoffs del torneo de primera división organizado por la AFA.
El domingo pasado, en el encuentro de ida, Kruger había sido expulsado en el 1-4 frente a Kimberley de Villa Devoto, por lo que no iba a poder jugar la revancha, prevista para mañana, en el estadio "Gorki Grana" de Morón.
Nacido en Villa Lugano, jugó todo el baby-fútbol en el club Nueva Estrella, donde conoció el futsal, antes de recalar en América del Sud, un club de barrio de Parque Avellaneda.
Allí su apellido empezó a hacerse conocido y tuvo las primeras convocatorias a la selección argentina. Fue partícipe del tercer puesto en el Sudamericano de la categoría en San Cristóbal, Venezuela.
En julio de 2014, eligió ir a hacer una diferencia económica en el "fútbol rápido" de Estados Unidos, aprovechando que tenía familia en San Diego. Fueron seis meses, antes de volver y ponerse por primera vez la camiseta de Boca.
Esa ventana que representó jugar en el xeneize, uno de los mejores equipos de la Argentina, le permitió volver a la selección, esta vez a la mayor.
El entrenador albiceleste Diego Giustozzi lo convocó para la Copa América 2015 de Portoviejo, Ecuador, donde se dio el gran gusto de ser campeón, tras vencer en la semifinal a Brasil y en la final a Paraguay.
Sobrino de Fabián "Topadora" Kruger, parte de la barrabrava de "La 12", Matías entró al sector de mantenimiento de la Línea H gracias a su papá, que era metrodelegado.
La realidad del futsal argentino hace que los jugadores, más allá de estar en la selección o en los mejores equipos, tengan que buscar un trabajo para agregar a los viáticos que pagan algunos de los clubes.
Por eso, además del subte, Kruger tenía un microemprendimiento textil con su novia: habían creado "Squadra", donde vendían remeras relacionadas al futsal.
"El fútbol es lo único que me hace feliz", decía su biografía en su cuenta en la red social Twitter.
