Marcelo Abdala fue un buen arquero de las ligas del interior, que pudo haber llegado a primera en Central Córdoba pero "siempre digo que algo me faltó". Apasionado del fútbol que practicó hasta pasados los 40 años, un día la invitación de un amigo (Marcelo Hernández) lo llevaría por otros carriles. Y así, en un campo de golf de La Carolina, conoció el footgolf. La mezcla de fútbol y golf que abrazó con el mismo entusiasmo, el que lo llevó a sentirse "75 por ciento golfista y 25 futbolista". El mismo que lo llevó no sólo a practicarlo por la satisfacción personal sino para que pueda crecer. Por un lado, es el que representa a Rosario en la Liga Profesional que domina nada menos que un tal Roberto "Ratón" Ayala, quien fue un gran defensor durante años en la selección argentina de fútbol. Y por el otro, creó la Asociación Rosarina para expandir la actividad.
El footgolf viene creciendo con centro en Buenos Aires y mucha participación en Entre Ríos, Córdoba y también Rosario y la región. Abdala, como muchos que se asomaron a la actividad, compitió en varios torneos organizados por Rosario Footgolf, una liga creada en 2012 por Hernán Malano, nucleada en la llamada Federación Argentina y que confluye en una liga nacional. Pero el rosarino, que elogió dichos torneos, aspira a que se expanda y el primer paso fue fundar la Asociación Rosarina.
"La Asociación Argentina de Footgolf es la que está reconocida por la Confederación Argentina de Deportes y por la Federación Internacional", explicó Abdala. La AAFG tiene centro en Buenos Aires y la Liga Profesional se juega por ahora en sedes de allá, la Federación Argentina trabaja en el interior. "Por eso es necesario crear lazos entre ambas entidades, expandir el deporte y mi idea es traer la Liga Profesional a Rosario", explicó Abdala sobre el fin de la Asociación Rosarina que preside y que tiene entre sus puntales a Agustín Solanas, Leo Zelaya, Néstor Cariello, Ale Mansilla y Pedro Riquel.
Abdala ocupa el puesto 26º del ránking general de la Liga Profesional (3º en senior), detrás del Ratón Ayala y otro representante de la región, Luciano Braccani, de Alvarez, el 18º (también están rankeados en la Federación). Y se dará el gusto en diciembre, en la primera vez que el footgolf llegará a una cancha de golf de Capital Federal como en el Palermo Golf Club, de participar de un FIFG 500: el Argentino Open, que cerrará el World Tour de la Federación Internacional. Será el único rosarino que pateará "una Jabulani o la Tango Rusia naranja, que son las mejores para este deporte". Y jugó con caddie, como cualquier golfista: "Mi hijo Ramiro, que lo viene haciendo y es clave por las buenas indicaciones que me da".
El, lo mismo que su hija Agustina y su esposa Verónica le dan todo el apoyo a este analista de sistemas rosarino, que profesionalizó su actividad deportiva porque "siempre aspiro a superarme. Lo miro a Ayala, o a Sergio Vázquez (otro ex selección y ex Central) la dedicación que le ponen, como a otros muchos buenos jugadores (Ricardo Lunari o el Bochón Biazotti son otros de los ex futbolistas que se pasaron a esta actividad) y entiendo que ese es el camino".
De hecho, con ellos estuvo en el Abierto de Estados Unidos, el Major 1000 del tour mundial de Kissimmee, en Orlando, y en Palermo buscará la revancha porque "mientras practicaba enterré el botín en la tierra y me doblé el tobillo. Jugué como pude", relató. Y junto a Ayala estuvo hace poco en General Roca (Río Negro) en un torneo en que por primera vez un club de golf le abrió las puertas al footgolf. En ese sentido dijo: "La Asociación busca generarles recursos a las canchas de golf" locales, que aún no abrieron las puertas a la actividad.
El Chelo Abdala hizo inferiores en Morning Star, Los Andes y en Central Córdoba: "Estaba para debutar en primera el año que asciende a la B Nacional (1990/91), pero Carlos Ramacciotti trajo a Daniel Bernardi y no me tuvo en cuenta. Pero siempre digo que algo hice mal si no llegué a primera". Por eso, antes que esta pasión por el footgolf lo atrapara, jugó por toda la región, en Bigand, Bombal, Villa Mugueta, Alvarez, Pujato y Santa Teresa. Y dejó desde hace tres años esas canchas para meterse en las de La Carolina, Campo Timbó o Casilda Golf con el nuevo desafío de "ganarle a la cancha. Cambié la forma de patear tres o cuatro veces, mejoré la relación distancia-fuerza y practico en triple turno. Desde las 6.30 estoy en el Scalabrini Ortiz" y luego vuelve al lugar y completa con gimnasio. "El fútbol fue siempre mi pasión y ahora lo es el footgolf", explicó el ahora futgolfista, que ya ganó la liga senior de Entre Ríos y Rosario en 2016, entre los torneos anuales, y venció en la general en la 2ª fecha del Tour de Buenos Aires de la AAFG, en el Sirio Libanés de Pergamino ("la primera vez que le pude ganar a Sergio Vázquez, un gran amigo"), además de tres fechas en el interior. Pero se dedicó más a la Liga Profesional, donde este fin de semana puede consagrarse campeón senior en Ramallo, "en la segunda cancha exclusiva de footgolf de Buenos Aires, junto a la de Chivilcoy".
"Necesitamos crecer y traer a la Liga Profesional a Rosario. La Asociación Rosarina ya tiene su personería jurídica y hay mucho por hacer, como torneos, clínicas y llevar el deporte a los colegios. Tiene un futuro terrible y debe expandirse. Hay que salir de los torneos que sólo tengan un fin comercial para crecer".