Sabemos que en este país futbolero hay un director técnico encarnado en cada hincha. Pero desde hace un tiempo también hay un psicólogo. Con total ligereza y liviandad, simpatizantes de cualquier camiseta se animan a dar un diagnóstico psíquico sobre un jugador y en estos días no son pocos que lo han hecho sobre Lionel Messi. Que le pesa la camiseta, que no se pone el equipo al hombro, que comparado a Ronaldo, que comparado con Maradona. El doctor en psicología y psicoanalista Jorge Besso dijo que no se puede hacer un análisis riguroso de alguien que no es su analizado, pero arriesgó algunos comentarios que podría decirse hacen más eje en la sobredemanda de los hinchas y periodistas que en la caracterización subjetiva del mejor jugador del país y por qué no del mundo.
"Me extraña mucho leer u oír que Messi no ganó ningún título importante. Habría que recordar que ganó 32 con el Barcelona y cinco botines de oro, pero en caso de que esa crítica apunte sólo a los títulos argentinos vale mencionar que salió campeón en 2005 con la selección sub 20 en Holanda, también fue medalla olímpica en Pekín en 2008 y fue subcampeón del mundo en 2014. ¿Eso no es importante, es una pavada ser subcampeón? ¿De quién es el problema?, sería bueno preguntar ¿De quiénes lo exprimen o de Messi?", interrogó.
Para Besso no caben dudas de que Messi está estresado por tanta exigencia y además sufre el peso de estar condenado a salir campeón del Mundo o se lo tilde como "capitán de la selección fracasada".
Messi es un jugador excelente, tiene fama, dinero, tres hijos y una bella mujer, lo que pareciera que satisface a la mayoría de los mortales. "Sin embargo, algo le falta. Sujetos como él pueden inconscientemente, entiéndase que digo inconscientemente, querer no estar llenos, que algo les falte. Creo que tiene demasiado, no es necesario que ponga la cara para la publicidad de papas fritas y otras tantas cosas, tal vez diciendo que no a algunas cosas sentiría menos presión", deslizó Besso.
Cuidar al ídolo
Paradójicamente se escucha, sobre todo desde el periodismo, que hay que cuidar a Messi. Pero el psicólogo hizo una aclaración: "Cuidarlo no es ponerlo en un pedestal o tratarlo entre algodones como si fuera un niño, cuidarlo es dejarlo hablar y tal vez hacerlo con un amigo como el Kun sería una buena idea: ojalá pudiera irse a un bar a tomar un café con un amigo como él y dejar que exprese lo que le pasa, si es que algo le pasa como dicen todos".
También están las "odiosas comparaciones". En el caso de Messi, es un lugar común contrastarlo con Ronaldo o Maradona. "Compararlo con Ronaldo parece casi legítimo porque son los dos jugadores más importantes de España, aunque son muy distintos en su forma de ser. Lionel se fastidia, Ronaldo se enoja. El malestar a Messi lo hace aún más introvertido, reacciona como un chico, se mete para adentro. Ronaldo tiene un narcisismo de teflón a quien el malestar lo vuelve más agresivo, no lo mete para adentro".
En cuanto a la comparación con Maradona, remarca que Diego es un "mito", alguien a intocable "al que la gente le reza" y hasta tiene una iglesia maradoniana. "Maradona tiene un discurso propio y genial: de buena sintaxis y rapidez mental". Messi, no. "Balbucea, duda, y no es un mito sino un ídolo y como tal puede caerse, es algo más humano".
Sufrir por Leo "Sufrimos las críticas a Leo, cuando dicen que juega en la selección por obligación. No es verdad, si lo vieran como lo vimos nosotros sufrir o llorar", confesó Celia, la mamá de Leo.