Y otra vez Newell's no ganó _cuarto partido consecutivo_. Tampoco tuvo fútbol y apenas si rescató un tibio empate ante un limitado Temperley, que llegó al Parque decidido a llevarse algo. Lo consiguió jugando a lo que puede y apretando los dientes. El 0-0 fue un fiel reflejo de lo que se vio en el Coloso, casi la nada misma que desató el enojo y fastidio de los hinchas que dieron su sentencia cuando el árbitro pitó por última vez en la noche. Un cántico cargado de bronca y una silbatina intensa. Es que la Lepra sigue sin dar muestras de recuperación y eso es lo que genera preocupación en el cuerpo técnico. El parate por las elecciones no alcanzó para que apareciera el clásico cambio de chip; sigue perdido y buscando identidad futbolística.