La F-1 vuelve a Japón e irremediablemente trae consigo la imagen de Jules Bianchi. El francés, el que tenía destino Ferrari, sufrió hace casi un año en Suzuka el terrible accidente que 9 meses y medio después le provocaría la muerte, la primera en dos décadas en la máxima categoría del automovilismo luego de la de Ayrton Senna. Y con ella queda pendiente la pregunta que la FIA dejó sin responder en su informe. O más bien, sí respondió, diciendo que la responsabilidad no fue suya sino en gran parte del piloto, obviando el tema de las banderas verdes que le daban libre circulación al momento del despiste, por lo cual llegó a toda velocidad a impactar contra la grúa que transportaba el auto de Adrian Sutil, accidentado una vuelta antes.
En su edición del martes 7 de octubre de 2014, dos días después del accidente de Bianchi, Ovación reflejó la circunstancia a través del análisis exhaustivo de un video casero que mostró el accidente, ya que la TV oficial jamás lo dio a conocer. Y allí se pudo observar claramente que, 12 segundos antes del impacto de Bianchi contra la grúa que sacaba el Sauber de Sutil, y antes de que lo pusiera a buen resguardo, los auxiliares de pista cambiaron las banderas amarillas que indicaban circular con precaución sobre la mojada pista de Suzuka, por las verdes que permitían acelerar a fondo. Sin embargo, dos meses después, la FIA dijo otra cosa en su resolución sobre cómo fue el accidente:
En el punto 2 de la conclusión, dijo: “El coche de Sutil estaba en proceso de ser retirado por la grúa móvil cuando Bianchi se aproximaba a los sectores siete y ocho, que incluyen la parte de la curva siete en la que la extracción se estaba llevando a cabo. Los sectores siete y ocho estaban bajo doble bandera amarilla”. Y en el 3: “Bianchi no redujo suficientemente la velocidad para evitar perder el control en el mismo punto de la pista que Sutil”. Y en el punto 4 además refiere: “Si los pilotos siguieran las exigencias de las dobles banderas amarillas, que se establecen en el Apéndice H, Art. 2.4.5.1.b, entonces ni los pilotos ni los comisarios deberían estar en peligro”.
Es decir, nunca se admitió que el accidente fue con bandera verde. Ni se admitió como prueba ese video sacado de frente a esa curva 7. Y parece coherente: el que juzgó, la FIA, es parte y cumplió con eso de que nadie está obligado a declarar en su contra. Un estudio independiente de semejante poder sin dudas la hubiera culpado.