Tiafoe debió interrumpir su saque y mirar con ojos azorados y con una amplia sonrisa al escuchar los fuertes gemidos de una pareja que estaba teniendo sexo. No se pudo determinar si en realidad era una pareja "interrumpiendo" el partido o los sonidos provenían de una película para adultos.
"No puede ser tan bueno", gritó Tiafoe al escuchar los intensos gemidos. Mientras, su rival fue hasta su silla, sacó una pelota de tenis de una caja y la envió con un fuerte remate en señal de desaprobación. O todo lo contrario.