Braian Toledo no pudo dar el golpe de gracia en el Mundial de Beijing, en la final del lanzamiento de jabalina, en la que terminó décimo gracias a un tiro de 80,27 metros. Sin embargo, el oriundo de Marcos Paz, se apenas 21 años, expresó su felicidad y destacó que todo lo que vivió en China fue muy importante para el futuro. “Estoy muy contento. Lo que se pudo hacer en estos días fue muy importante en lo personal y me sirve para trabajar con más ganas en el futuro”, dijo.
Toledo lanzó 78,27 metros en la primera pasada, luego anotó 78,30 en el segundo intento y el mejor fue el tercero, con 80,27, aunque lejos del registro que había marcado el lunes último, cuando se instaló en la final de su primer Mundial de mayores con 83,32 metros en el estadio Nido de Pájaro. “Creo que se trata de sumar experiencia, ya que muchos de mis rivales van por el tercer o cuarto Mundial y eso se nota. En el ránking mundial figuro 22º, pero ahora soy el 10º del mundo y sé que tengo mucho camino por delante”, añadió el atleta que además con su marca del lunes último clasificó para los Juegos de Río del año que viene.
El argentino, quien ya compitió en Londres 2012, obtuvo con sus 83,32 metros el récord argentino Sub 23 de lanzamiento de jabalina y luego de su muy buena actuación en China, no regresará al país, sino que se trasladará a Europa para seguir compitiendo. “Me quedaré a competir unos días más. Tengo muchas cosas para corregir, debo sumar experiencia y todo eso forma parte del aprendizaje”.
En jabalina, el Mundial tuvo como ganador al keniata Julius Yego, quien lanzó 92,72 metros y se llevó la medalla de oro, con una marca que además se convirtió en récord africano y fue la tercera mejor de todos los tiempos. La medalla de plata fue para el egipcio Abdelrahman El Sayed con 88,99 y tercero fue el finlandés Tero Pitkamaki, campeón mundial en Osaka 2007 y bronce olímpico en los Juegos de Beijing 2008, con 87,64.
Por su parte, Jennifer Dahlgren no pudo meterse en la final de lanzamiento de martillo y reconoció que en 2015 no logró los resultados que proyectó.
“Me voy con una sensación amarga. No fue una mala actuación, pero estaba para más. Tenía muchas ganas de sumar una final más a este Mundial histórico para Argentina”, dijo la porteña, quien lanzó 66,89 metros en el primer intento para quedar décima en el grupo y registró 67,68 en el segundo para ubicarse undécima y no alcanzar un lugar entre las doce competidoras que llegaron a la definición luego de tres intentos.
“En la prueba sentí que lancé controlada. Creo que el lanzamiento ideal está en un punto entre la técnica y la locura, y me faltó más de la segunda. Fueron lanzamientos técnicamente sólidos, pero sin soltura no hay aceleración y así el martillo no vuela”, explicó.
Dahlgren, quien disputó así el sexto Mundial, conquistó tres veces el Sudamericano de mayores, fue ganadora de la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007 y sexta en los de Guadalajara 2011. En Toronto, recientemen, terminó séptima con 65,33.
“Seguramente tendré que volver a ver algunas cosas. No se dieron los resultados que había trazado para este año”, cerró.